Paz, luz y tranquilidad…Muchos elementos podrían definir al cementerio de San Miguel como también serían la historia, la tradición y la memoria de esta ciudad. En este camposanto reposan muchas familias ilustres y muchos personajes célebres sin cuya labor en muy diversos ámbitos no se podrían entender muchos episodios y realidades locales. De hecho, la fundación de este parque tiene que ver con que Málaga fue de las primeras ciudades que acató la orden de Carlos III sobre los lugares de enterramiento fuera de las criptas y las iglesias, por esta razón el Ayuntamiento compró el solar sobre el que se levantaría esta necrópolis situada en el barrio de Capuchinos. “Es una enorme biblioteca. Es como un libro abierto. Cada lápida es como un tomo impreso que te va recordando el contenido que se encuentra tras ella”. Esta metáfora la hace el historiador del arte Eduardo Nieto encargado también de organizar rutas teatralizadas por el recinto. “Todo es –prosigue- como un calidoscopio,como un crisol de todas las tendencias ideológicas, políticas o sociales”.
En una ciudad tan turística como Málaga, es necesario volver la vista atrás y recordar la figura de Félix Sáenz. Él fue pionero en el comercio ya que hizo posible la apertura del primer hotel para atraer el turismo a la capital, siempre con miras al futuro. Su panteón también fue rompedor para la época y está enriquecido con esculturas de Francisco Palma García. De hecho, una de las figuras femeninas que allí se representan está inspirada en Pura, una de sus hijas, que a su vez también sirvió de modelo para la cara de la primitiva Virgen de la Piedad, que procesiona el Viernes Santo y que su hijo Palma Burgos reprodujo tras desaparecer la talla en los incendios del 31. En este apartado de emprendedores no hay que olvidar, por ejemplo, a los Caffarena. Familia de procedencia italiana, con el nombre de la madre de los primeros miembros de la familia nacidos aquí, Cristina, bautizaron a una famosa marca de cafés malagueña.
Banqueros, empresarios o literatos también descansan aquí. Es el caso de los poetas Salvador Rueda o Alfonso Canales o la escritora norteamericana Jane Bowles, coetánea y amiga de Truman Capote o Tennessee Williams que se trasladó de Tánger a Málaga a pasar los últimos años de su vida. Fallecida en 1973, el pleno municipal le dio su nombre a una calle en 1998. En otro rincón del parque, un espigado pináculo nos indica que ahí yace la familia Larios, piedra angular del desarrollo malagueño.
El ‘epicentro’ artístico de San Miguel es la capilla de los Heredia, saga fundamental en la historia industrial de Málaga y de España. Según explica Jorge Serra, director técnico del parque, todo el cementerio gira en torno este lugar de culto erigido en 1837. En su interior, se accede al panteón de esta familia clave en la industria local. Destaca, la tumba el patriarca de la saga, Manuel Agustín Heredia, obra de Lorenzo Bartolini, uno de los escultores favoritos de Napoleón. En cuanto a sus cultos, sólo se mantiene la misa por el día de Todos los Santos el 1 de noviembre.
En el año 1986 fue clausurado como lugar de enterramiento, salvo para las familias que allí se encuentran, que pueden depositar las cenizas en los panteones.