Ciudadanos ha sido desde su aparición en el Parlamento andaluz allá por 2015 el aliado perfecto en el que el Gobierno autonómico ha podido apoyarse para sacar lustre a la estabilidad que la presidenta vuelve a exhibir estos días como principal aval de su gestión.
El grupo de Juan Marín le facilitará sus votos de nuevo a finales de noviembre para que el Presupuesto de la Junta de 2018 sea por tercera vez el más madrugador de toda España en ver la luz. A cambio ha logrado la eliminación del polémico Impuesto de Sucesiones y Donaciones para las clases medias y, como añadido, el nada despreciable valor en política de recordar a quien ostenta el poder que su respaldo es vital para seguir ejerciéndolo sin sobresaltos.
El líder de la formación naranja activó este lunes el segundo de esos privilegios porque se lo otorgan sus valiosos ocho diputados en la Cámara, los mismos que decantan la balanza a favor del Gobierno regional en los momentos decisivos. Lo hizo para alertar a Susana Díaz de que no caiga en la tentación de dejar evaporar antes de tiempo las virtudes de esta legislatura sosegada de las que hace gala estas semanas frente a las turbulencias que recorren por ejemplo Cataluña. Si hay estabilidad, como insiste la presidenta una y otra vez, debería seguir alimentándose.
Bien conectado siempre con los hilos que mueven San Telmo, Marín lanzó este lunes un mensaje nada casual. El convulso escenario de Cataluña no debería servir a la presidenta para “modificar el calendario electoral de Andalucía”. Traducido, le recuerda que toca acudir a las urnas en 2019 y que sentirse reforzada por el papel que ha jugado en la defensa de la unidad territorial no debería darle alas para forzar un adelanto. La cita podría también estar condicionada por la aún remota posibilidad de que Rajoy también precipite las generales. Todo son futuribles y más en tiempos tan movidos como los actuales pero Ciudadanos, a quienes últimamente sonríen casi todas las encuestas nacionales y regionales, quiere tener atados todos los posibles escenarios para evitar sobresaltos.
El mensaje del portavoz de Cs es diáfano: el Ejecutivo andaluz debe dedicarse en 2018 a consolidar el crecimiento económico, incluso a intentar mejorar la más optimista de las previsiones, y no a manejar cábalas sobre el momento idóneo para dar por finiquitada la legislatura. “Díaz no tiene ningún motivo para convocar elecciones. Eso sí, a partir del segundo semestre de 2018 sí es posible que el PSOE juegue con la calculadora para ver cuándo es más conveniente convocar las elecciones de 2019”, auguró.
Marín también dejó ayer otra pista sobre el futuro al desvelar que desde el almuerzo con Moreno Bonilla hace semanas no han tenido nuevos contactos. El primer trámite del Presupuesto, saldado la pasada semana tumbando las enmiendas a la totalidad (una de ellas la del Partido Popular), no ha acercado precisamente a ambas formaciones. El futuro de todos modos está por escribir. Si se cumplen los augurios, Ciudadanos podría ser clave en el de momento lejano escenario electoral de 2019 para decantar la balanza del próximo Gobierno andaluz. Puede perpetuar el Gobierno socialista otra legislatura más o bien abrir la puerta al que sería el primer Ejecutivo andaluz del PP en toda la historia de la democracia, uno de los pocos logros que se le resisten a los populares.