El inesperado arreón que Susana Díaz ha dado a la aprobación del Presupuesto andaluz de 2018 ha descolocado a propios y extraños. La presidenta ha acortado los plazos para resituarse en el escenario de la política nacional tras el batacazo de las primarias de mayo como valedora ahora de la estabilidad al sur de Despeñaperros en contraste directo con las turbulencias y los ataques al Estado de Derecho que llegan desde Cataluña. Las cuentas públicas pasaron el filtro triunfal del Consejo de Gobierno este martes, apenas unas horas antes de que Carles Puigdemont declarara la polémica independencia diferida de Cataluña. Esa misma tarde se desveló también que el Presupuesto no se aprobará en diciembre, como era un clásico, sino que se adelantará a los últimos días de noviembre. Todo atado cuanto antes.
Sobre el tsunami de la política nacional ha navegado también en las últimas semanas el líder de la oposición, Juanma Moreno. La sintonía de PP y PSOE en Madrid para hacer frente al órdago de la Generalitat hizo pensar al presidente de los populares que podría reproducir un gran pacto en Andalucía en torno a las cuentas públicas. El lunes, cuando se sabía que un día después el proyecto sería aprobado, hizo un último llamamiento invocando el espíritu del “8 de octubre”, en referencia a las manifestaciones antisecesionistas en Barcelona en la que se mezclaron simpatizantes socialistas y del PP. La Junta dio otro portazo e hizo lo propio el martes, el mismo día en el que el texto pasaba por el Consejo de Gobierno, cuando Loles López, secretaria general del partido, telefoneó al vicepresidente Jiménez Barrios para reclamar una reunión urgente en la que sondear un entendimiento que les permitiera votar sí al Presupuesto en el trámite final. Otra vez no.
Susana Díaz coincide con Rajoy en Madrid en cuestiones territoriales pero no quiere saber nada de Moreno Bonilla en Andalucía. No habrá fotos con él porque las sendas comunes están reservadas a Ciudadanos, partido que le ha arrancado la supresión del Impuesto de Sucesiones y será quien le salve por tercer año las cuentas. El PP-A ha captado el mensaje y en menos de 48 horas se ha visto obligado a cambiar el discurso. Donde había mano tendida y posibilidad de dialogar ahora hay chaparrón de críticas y viraje de 180 grados.
La segunda fuerza en la Cámara olvida todas las facilidades y seguirá el guión de años anteriores impugnando el Presupuesto al 100% con una enmienda a la totalidad. El vicesecretario de Organización y recién estrenado senador del PP andaluz, Toni Martín, neutralizó este jueves cualquier consenso asumido ya el nuevo desaire de Díaz. Volvió a aflorar la artillería y con ella acusó a la presidenta de colocar las cuentas “al servicio de sus intereses” para ocupar espacio en la política nacional en tiempos tan delicados.
Problemas con Sucesiones
En el PP están convencidos de que si la tramitación del Presupuesto ha avanzado un mes en el calendario respecto a ejercicios recientes es porque la jefa del Ejecutivo regional ha encontrado el marco ideal para recuperar una pizca del tremendo espacio que cedió en política nacional cuando se vio arrasada por Pedro Sánchez. “La agenda pública se pone al servicio de la agenda personal de Díaz”, censuran los populares.
El mismo miércoles, sólo un día después de ver la luz el proyecto de ley, el PP-A lanzó su primer dardo. Carmen Crespo desveló que el Consejo Consultivo ha puesto peros a la reforma del Impuesto de Sucesiones. No será obstáculo, pero Moreno sabe que eso duele en el PSOE... y en Cs.
Cs pide más fondos para universidades
El Grupo de Ciudadanos en el Parlamento andaluz ha instado a la Junta a poner en marcha un sistema de financiación extraordinaria para las universidades andaluzas después de que los diez rectores de las sedes públicas de la comunidad reclamasen recientemente más fondos vinculados a sus resultados. La petición coincide con el arranque de un curso marcado por exenciones de hasta el 99% en matrículas.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
