En la Andalucía vertebrada y de las modernizaciones siguen anidando batallas territoriales y supuestos agravios subterráneos. Uno de ellos, ya clásico, acusa a la Junta de Andalucía de descuidar a Málaga, pulmón económico de la región, en favor de cualquier otra esquina de la comunidad. El pulso casi siempre se libra con Sevilla, sobre todo en el imaginario malagueño. Quizás no fuera intención del presidente del PP andaluz resucitar ese discurso, pero su intervención este lunes ante el Fórum Europa en la capital de la Costa del Sol, que es como decir en casa, izó a ratos una bandera que parecía arriada hace tiempo. Ante la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el líder los populares andaluces se quejó de que el Gobierno de Díaz no dé a Málaga “lo que se merece” e incluso, elevando el tono, le reprochó que fomente un “bloqueo sistemático” hacia aquellos proyectos que deberían revitalizarla aún más.
Moreno deslizó incluso la expresión “agresión permanente” para etiquetar los desplantes que a su juicio sufre la provincia desde el Palacio de San Telmo. Málaga, una de sus grandes canteras de votos, deberá convertirse de nuevo en granero de diputados si el presidente del PP-A quiere arañar en las próximas elecciones autonómicas el objetivo eterno de su partido de asaltar por fin la Junta, una de las pocas cotas que se le resiste al centro-derecha desde que arrancó la democracia.
Tan convencido está Moreno de que esa cima es alcanzable que anunció ante su audiencia que en caso de conquistar la presidencia de la Junta tomará una peculiar decisión: al menos uno de los Consejos de Gobierno se celebrará cada mes en Málaga. Traducido, al menos uno de cada cuatro cónclaves semanales no sería en Sevilla. “Desde Málaga y en Málaga se tomarán decisiones importantes. Málaga se lo merece”, proclamó Moreno este lunes durante su intervención. Y eso es así, acentuó, porque la que es “una de las grandes locomotoras andaluzas” se niega a ser “una mera espectadora” en la región.
La lista de reproches
A partir de ahí, la lista de agravios. La máxima autoridad del PP andaluz dudó de que cualquier otra provincia “consintiera” el “bloqueo” al que se ve sometida Málaga. Por ejemplo no cree “normal ni razonable” no contar ya con un tercer hospital o que el Gobierno autonómico mantenga congelado el proyecto de la ciudad aeroportuaria de Alhaurín de la Torre, que según sus cálculos generaría “25.000 empleos directos y 80.000 indirectos”.
Hay más, como el “cabreo” que le genera ver la ciudad “abierta en canal” por unas obras del Metro “que nunca terminan” y que simulan un campo de guerra. La solución pasaría por contar con “el primer presidente de la Junta malagueño”, como auguran ya sus vaticinios. Y ese jefe del Ejecutivo solucionaría los agravios “en los primeros cien días” de mandato.
Tras el alud de críticas, una mano tendida en los Presupuestos. Aunque es muy consciente de que Susana Díaz no la aceptará, el presidente del PP-A volvió a ofrecérsela ante el inminente inicio de la tramitación de los Presupuestos andaluces de 2018, cuyo encaje final ultima la consejera Montero tras garantizarse el apoyo de Cs. Moreno reiteró que es momento para que la unidad de PSOE y PP en cuestiones como Cataluña alumbre un gran pacto.
Las medidas de un futurible Gobierno
Moreno Bonilla no se cansa de repetir en público y en privado que se ve con posibilidades de ser el nuevo presidente de la Junta. Por eso incluso adelanta cuáles serían sus primeras medidas en caso de ocupar el sillón de San Telmo. Avanzó que entre ellas figurar modificar cuanto antes el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), así como impulsar nuevas ayudas a emprendedores.
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