Pilar Sánchez y Pedro Pacheco han cerrado la que sin lugar a dudas ha sido una de sus mejores semanas en mucho tiempo desde que ambos ingresaron en prisión para cumplir sus condenas. Primero lo hizo el que fuera alcalde de Jerez durante más de dos décadas, en octubre de 2014, en el centro penitenciario de Puerto III, y poco más de un año después su exsocia de Gobierno y también alcaldesa de la ciudad desde 2005 a 2011. Ella pudo elegir y entró voluntariamente en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra, en Sevilla, provincia donde tiene su residencia y su plaza como profesora de Educación Secundaria.
Ahora, un año y siete meses después el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Andalucía, con sede en Sevilla, le acaba de conceder el esperado tercer grado, lo que le permitirá seguir cumpliendo la pena de cuatro años y medio de prisión por el caso ‘PTA’ en régimen de semilibertad. Lo hará desde su casa, sin ni siquiera tener que ir a dormir a la cárcel ni a un centro de inserción social. Ahora Sánchez podrá retomar su trabajo como profesora en su instituto sevillano pero estará controlada mediante sistemas telemáticos, tal y como confirmaron fuentes de su entorno más próximo a este periódico, que resaltaron que la exalcaldesa y su familia están “súper contentos”. La resolución judicial favorable ha llegado tras intentarlo en varias ocasiones, con los informes favorables de la junta de tratamiento del centro penitenciario, desde donde resaltaban el comportamiento “modélico” de Sánchez, que durante su estancia en prisión ha dado clases de Inglés prácticamente desde su primera semana a muchas de las internas.
Aunque desde el pasado mes de abril ha venido disfrutando de distintos permisos penitenciarios, la ansiada rutina y normalidad que la exalcaldesa añoraba le va a llegar ahora con el tercer grado, del que se beneficia desde el pasado viernes, día en el que abandonó las instalaciones carcelarias sevillanas. Por su parte, Pedro Pacheco ha conocido estas noticias en Jerez, donde disfruta de un nuevo permiso con su familia, en esta ocasión de siete días, en los que ha aprovechado para pasear por el centro de la ciudad, donde se le ha visto “animado” y saludando a sus amigos, conocidos y personas que se le han acercado para mostrarse su apoyo, a los que el histórico andalucista no ha tenido problema en estrecharle su mano como hacía antaño.
Desde su entorno más próximo aseguran que Pacheco está “enterado de todo” y “animadísimo”. Poder reencontrarse con los suyos “con más frecuencia”desde que el pasado 30 de junio el Juzgado de Vigilancia Penitenciario número 10 de El Puerto le concediera su primer permiso tras dos años y nueve meses en prisión se ha convertido en su mejor terapia para afrontar los frentes judiciales que aún tiene pendientes. Por un lado, tendrá que volver al banquillo para ser juzgado por el caso ‘Huertos de Ocio’, para el que el fiscal pide otros cinco años más de prisión, y que podría celebrarse en el primer trimestre del próximo año, mientras la admisión de un recurso de la acusación particular de un caso que estaba archivado por la adjudicación de unas obras en la Avenida del Colesterol también lo han colocado en una posición complicada.
En octubre cumplirá tres años en prisión de su condena de cinco años y medio por el ‘caso asesores’, pero a lo largo de este tiempo ha acumulado dos más de un año y diez meses por el caso ‘Estación de Autobuses’ y de otro año y medio por el caso ‘Casa del Rocío’.
En ambos casos sus abogados han pedido una suspensión de la pena, argumentando que estas dos condenas son inferiores a los dos años y que cuando se produjeron los hechos Pacheco carecía de antecedentes. Ahora la Audiencia Provincial debe pronunciarse de nuevo.
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