La trágica muerte el pasado agosto en el sevillano Hospital de Valme de una mujer que acababa de dar a luz por un fallo en un ascensor acabó este jueves, más de 20 días después, enfangando el combate dialéctico entre Gobierno y oposición en el reestreno de las sesiones plenarias en el Parlamento. El debate se agrió tanto que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, acabó afeando al líder del PP-A, Juanma Moreno, que practique el “carroñerismo político”, algo que a su entender habría ocurrido por “acercarse al dolor” de la familia de la fallecida en busca de una supuesta rentabilidad electoral.
El padre de Rocío Cortes, la joven que murió en el hospital el pasado 21 de agosto, se había sentado apenas unas horas antes en la tribuna de invitados del Salón de Plenos para escuchar en directo las explicaciones que sobre el suceso facilitó la consejera de Salud, Marina Álvarez. Eso fue el miércoles y este jueves Moreno reprochaba al Ejecutivo de Díaz que haya tardado “casi un mes” en ofrecer detalles de la cadena de errores que acabó cobrándose una vida. El líder de los populares comenzó a elevar el torno al interpretar que “nueve días de clamoroso silencio”, los que siguieron al suceso, denotan una “tremenda falta de sensibilidad” hacia la víctima y hacia su familia directa, que desde el día siguiente de lo ocurrido reclamó sin éxito saber qué había fallado.
Tampoco dejó pasar Moreno Bonilla el detalle de que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) haya decidido presentarse en la investigación abierta como acusación particular, lo que según su criterio descarga toda la responsabilidad del caso en la empresa de mantenimiento de los elevadores. La Junta aparecería así ante la opinión pública, denuncia el PP, como una “víctima” cuando “la única que hay” es la propia joven.
Fue entonces cuando la presidenta tomó la palabra y descargó contra el líder de la oposición la acusación de que “cuando uno se acerca al dolor de una familia que hace menos de un mes que ha perdido a su hija para sacar rentabilidad” incurre en un zafio “carroñerismo político”. A partir de ahí, la bronca entre diputados con acusaciones entre escaños. “Lo que ha hecho es lo contrario a la dignidad que tiene que tener un representante político”, acusó la presidenta. “Para eso hay que valer, y yo no podría”, remató su intervención.
Reproches cruzados
Las broncas sobre el funcionamiento de la sanidad pública son ya un clásico desde finales de 2016 en el Parlamento andaluz, pero hasta ahora el terreno no se había embarrado tanto. Moreno tiró de recortes de prensa para recordar que además de la víctima mortal el verano en los hospitales de la comunidad se ha saldado con una catarata de denuncias sobre falta de medios y de personal.
El ambiente estaba además caldeado por la petición de amparo del PP-A al presidente de la Cámara para que abronque a la Junta por el supuesto bloqueo que habría urdido para impedir a sus diputados visitar este verano la inmensa mayoría de los 53 centros de salud en los que pretendían comprobar las carencias. “Andalucía no aguanta ni un minuto más tanta ineficacia ni tanta parálisis”, alertó Moreno a la jefa del Ejecutivo.
La jornada en el Parlamento iba a enfrentar una vez más a los dos grandes partidos andaluces en el terreno sanitario. La proposición no de ley del PP-A en la que exigía recuperar todos los equipos de Urgencias eliminados en los centros de salud y la cobertura de las bajas en Atención Primaria fue rechazada porque sólo encontró el apoyo de Cs en una de las enmiendas. El PSOE lo rechazó todo.
Dardo a Rodríguez a cuenta de Cataluña
Susana Díaz cree “en la Constitución, en la unidad de España y en la igualdad” y Teresa Rodríguez, coordinadora de Podemos, le afea su obsesión con la “indivisibilidad” del Estado. Con esos posicionamientos en las antípodas era previsible el choque de trenes. La presidenta colocó a la formación morada en el bando del “secesionismo y la desobediencia” por apoyar la celebración del referéndum.