Lo que pasa que en este caso sus talibanes de oposición se han pasado de revoluciones. Por un lado, Cristóbal Montoro lo más suave que ha podido decir es que el sistema era una chapuza, porque la serie de calificativos que ha utilizado eran como para pensar que la España de las Autonomías se hundía.
Con sus esperpénticas declaraciones, tanto de Mariano Rajoy como de Montoro, parecía que se iba a volver a los años malos del siglo pasado, en donde unos españoles empobrecidos y de segunda clase tenían que emigrar a otras provincias para poder subsistir, y todo por culpa de Zapatero y del PSOE, que son muy malos.
Pero, ¡oh sorpresa! la cosa no debía ser tan mala, porque se les dio orden a las comunidades gobernadas por el PP de abstenerse. Esto demuestra que en su alocada forma de hacer oposición, tipo cola de lagartija recién cortada, matan moscas a cañonazos y que, una vez más, intentado engañar a los españoles, lo que quieren es la pasta. Y esto es así, porque lo que nunca han querido contar es que si votaban en contra la ley les impediría obtener el aumento de dinero para la financiación, muestra de que mejorar han sido mejorados, cosa que han ocultado.
A partir de aquí, pues lo de siempre. Quienes en el año 1995 pactaron con CIU la financiación, para que estos le diesen sus votos para poder gobernar (viaje de Aznar a Barcelona a negociar con Pujol en el hotel Majestic), acusan ahora con todo descaro a los demás de pactar con los catalanes.
Quienes gobiernan en coalición en Canarias –pacto que, en contra de lo que exigían en otros lados, impedía gobernar a la lista más votada– votaban que si con sus socios canarios. Es decir, la financiación va a hundir a España pero yo quiero seguir en el poder, por lo que la voto favorablemente. Mayor desvergüenza es imposible.
Pues no, no es imposible, lo de Arenas sigue siendo del Guinness de los records. En Andalucía nos dice que la debemos rechazar por salir claramente perjudicados, y ataca a todo trapo a tirios y troyanos, pero en Madrid acusa a Cataluña y Andalucía de ser los vencedores a costa de los demás. Y es que uno de los dramas de Andalucía es que mientras la derecha este dirigida por tipos como Arenas y sus acólitos, será prácticamente imposible que pueda gobernar, por lo que vamos a tener PSOE para rato.
Fíjense como será la cosa que, ante la abstención, su compañera de partido y presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Esperanza Aguirre ha dicho: “Habrá que preguntar a Javier Arenas, vicesecretario de Política Territorial del PP, por qué se ha hecho así”.
Y yo me pregunto: ¿Por qué quienes han gobernado y descalifican el proyecto presentado, son incapaces de presentar una alternativa? ¡Huy!, me olvidaba, a los del Partido Popular les encanta todo lo que sea bronca.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es