El actual equipo de gobierno de PSOE e IU proclama como sus premisas el fomento de la participación ciudadana y la transparencia en la gestión. Así lo exigían cuando estaban en la oposición y se esperaba, al menos, coherencia con sus planteamientos previos.
Por eso resulta contradictorio que se convoquen plenos extraordinarios en horario laboral, dificultando la presencia de los concejales que no están en el gobierno y, por ello, no liberados económicamente.
No sabemos si dicha práctica busca, precisamente, las ausencias de la oposición para así poder solventar las votaciones de forma favorable a pesar de estar en minoría. Sería algo poco democrático.
En cuanto a la transparencia, hay una cuestión que resultó en su momento aplaudida: el hacer pública la agenda del Sr. alcalde, que puede ser consultada en la web municipal. Si se analizan los apuntes de dicha agenda del último mes (24 de julio-23 de agosto) se nos ofrece una preciosa instantánea del trabajo desarrollado por la primera autoridad local.
De los 31 días del periodo hay 14 en los que no aparece nada. Si se tiene en cuenta que el Sr. alcalde ha reconocido que ha estado sólo cinco días de vacaciones, quedan otros nueve en blanco. ¿Plena dedicación? Sin comentarios.
En los restantes 17 días se contabilizan 51 actos que le han ocupado un total de 60 horas, o lo que es lo mismo ¡tres horas y media por día!. Desmenucemos este trabajo.
La mitad de las reuniones y del tiempo empleado se dedican a aspectos directos de gestión administrativa (plenos, juntas de gobierno, citas institucionales, reuniones técnicas...).
Nada que objetar. Hasta nueve apuntes con seis horas hacen referencia a encuentros con distintos colectivos y personas. Si la gente se queja de la tardanza en ser recibidos resulta escaso dedicar a esta labor sólo el 10% del tiempo empleado.
En atender a los medios de comunicación y presentar eventos se han invertido nueve horas y media distribuidas entre nueve apuntes de la agenda.
Para alguien que tanto criticó la publicidad y el autobombo quizás resulte excesivo dedicar el 15% del tiempo a estos menesteres.
Y, finalmente, se cuentan ocho anotaciones a las que se asignan hasta 15,5 horas, una cuarta parte del tiempo total, que hacen referencia a la asistencia a espectáculos (corridas de toros, conciertos de Bisbal y 80 Star fest, ciclo cultural Caballero, fiesta la Luna Llena).
Que estamos en verano y hay que disfrutar. Dirán que en la agenda no aparece todo. Entonces, ¿dónde está la transparencia?
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