Basta una simple búsqueda en Google con las palabras "Córdoba" y "calor" para que el buscador mundial arroje varias entradas que llevan aparejada la palabra "récord", y los ciudadanos y turistas que han vivido este verano en Córdoba lo saben.
Con el calendario en la mano y con un ojo puesto en las previsiones meteorológicas, sus habitantes y turistas esperan esa bajada de temperaturas que, al menos durante este 2017, apenas se ha notado.
Y es que, aunque haya quien lo ponga en duda, este verano Córdoba ha estado en boca de todo el mundo por sus "logros" atmosféricos.
Por ejemplo, en julio, Córdoba, y especialmente Montoro, marcaban la máxima temperatura histórica registrada en España y Europa según la Agencia para la Acción Climática de Naciones Unidas, con unos "agradables" 47,2 y 47,3 grados respectivamente.
Aquella era la segunda ola de calor del verano. La primera había llegado a mediados de junio, pillando absolutamente desprevenidos a todos y extraños y logrando que la ciudad alcanzara su máxima histórica para dicho mes.
Pero no acaba ahí la cosa. Córdoba tiene otros récords este verano, como el de número de días que la ciudad ha superado los 40 grados, que, hasta la fecha han sido 28; y también este verano tiene otro honor, ya que se ha pulverizado el número de olas de calor en la ciudad.
Todos estos datos los aporta el "Colectivo Meteofreak" para el diario Cordópolis, en el que explican que Córdoba ha sufrido las condiciones de ola de calor hasta en cinco ocasiones.
Esto es, cinco veces en las que, durante tres días consecutivos como mínimo, se han superado los 41,6 grados, una situación que, con anterioridad había ocurrido un máximo de dos veces en un verano, en los años 1965, 1991, 2003 y 2015.
A pesar de estos récords, todavía hay cordobeses que creen que este ha sido un verano normal, como es el caso de Manuel Fernández, que recuerda a Efe que hace 4 o 5 años vio el termómetro a 56 grados, y que, en comparación, este ha sido "como todos los veranos".
"Además, es propio que haga ese calor en Córdoba", apostilla Fernández, que defiende que los cordobeses están acostumbrados al calor, aunque "los que vienen de fuera se asustan un poquito".
El miedo, en cualquier caso, no amedrenta al turista extranjero, ya que, según revela la Encuesta de Coyuntura Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE) de julio, sigue en aumento, aunque el viajero nacional haya descendido un poco (2,5 por ciento) respecto al año pasado.
A todos ellos, los cordobeses como Andrés Castro los compadecen, ya que reconoce que, si bien el año pasado ya hubo muchos días por encima de los 40, este verano "ha sido uno de los más calurosos" que él recuerda.
Castro y el resto de la ciudad esperan que agosto, al que le queda una semana, se lleve el calor, y como poco a que llegue este sábado, cuando, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se retiren todas las alertas, las temperaturas desciendan hasta los treinta y pocos grados, y, con un poco de suerte, incluso caiga un poco de agua a partir del lunes.
Pero antes, aún quedan por delante dos días de alerta naranja en la ciudad del verano de los récords.