Una aplicación para solicitar un aparcacoches en la puerta de la oficina está dando los primeros pasos en El Cairo, una metrópoli de 20 millones de habitantes donde encontrar aparcamiento en hora punta es una pesadilla.
La aplicación Rakna, que todavía tiene una clientela reducida, trata de ofrecer una alternativa simple a la tarea de estacionar en el bullicioso centro de la capital egipcia, donde los aparcamientos son escasos y los conductores se ven forzados a dejar sus autos en manos de aparcacoches ilegales, que los hacinan en perennes dobles filas.
"Hay un aparcamiento privado aquí en el centro, pero está bastante lejos de mi trabajo, mientras que Rakna me permite dejar el coche en la puerta, ahorrar tiempo y llegar puntual", dice a Efe una usuaria del servicio, Mai el Gorbou.
La joven confiesa entre risas que su habilidad para aparcar es "bastante baja", por lo que gracias a la aplicación se evita causarle cualquier posible desperfecto a su coche. "Rakna es la solución a todos mis problemas", comenta.
La falta de aparcamientos es uno de los principales problemas que agravan el tráfico de El Cairo, según un informe del Banco Mundial elaborado en 2013, estudio que cifra en 5.125 millones de dólares anuales el impacto negativo del tráfico en la economía egipcia debido a los atrasos, emisiones contaminantes y otros factores.
El funcionamiento de la aplicación es sencillo: uno simplemente tiene que notificar el punto en el que quiere que su automóvil sea recogido y un empleado acude, lo recoge y lo conduce hasta una de las plazas de aparcamiento de la empresa.
La "startup", creada por Ahmed Saki y otro socio en 2014, fue en principio concebida como un sistema para que los conductores pudieran intercambiar plazas públicas de aparcamiento por su cuenta, pero los socios decidieron rediseñar la empresa y empezar a aparcar coches.
"En marzo de 2017 comenzamos a alquilar plazas de aparcamiento para poder controlar la oferta y la demanda", explica Saki a Efe.
El directivo asegura que la idea es de su propia cosecha, aunque en algunas ciudades de la India y de Estados Unidos, como San Francisco, han surgido servicios similares.
Por el momento disponen de alrededor de 40 plazas en el centro y otras 40 en Zamalek, el barrio céntrico donde se encuentra la mayoría de las embajadas, con las que proveen de aparcamiento a unos 1.000 clientes, según el responsable de Rakna.
La empresa cuenta con un equipo de seis aparcacoches que se encargan de recoger, aparcar y devolver los coches a sus dueños cuándo y dónde estos lo soliciten.
"Somos muy cuidadosos en la selección de los conductores con el objetivo de asegurar un servicio de calidad para los clientes", dice Nada Abdusattor, una de las encargadas de la empresa.
Además de entrevistar a los candidatos y someterles a una prueba de conducción, la empresa le pregunta a la policía por el historial criminal de los candidatos, según Abdusattor.
Aquellos que superan la prueba reciben instrucción para mejorar sus habilidades al volante y prepararse para conducir en estas zonas de la ciudad, donde el tráfico es especialmente intenso y caótico y los choques son frecuentes.
Según los responsables de Rakna, su coste es más barato que otros aparcamientos privados -35 libras egipcias (2 dólares) al día-, sin embargo este es un precio solo accesible para las clases más adineradas, las mismas que pueden permitirse un teléfono móvil con internet.
Otra usuaria, Hedaia Haffa, dice que prefiere Rakna a los aparcamientos tradicionales, que en muchas ocasiones "están llenos de basura" o carecen del espacio necesario para aparcar con seguridad. "Varios amigos han chocado con sus coches tratando de aparcar", explica.
Karem Khattad, por su parte, asegura que lo que más le gusta de Rakna es que es "superrápido", especialmente en la zona centro, lo cual "es muy útil cuando tienes una reunión de trabajo", según cuenta a Efe el joven, que se encarga del departamento de mercadotecnia de una empresa de transportes.
"Definitivamente tenemos planes de expandirnos a otros países, pero por el momento estamos centrados en Egipto", asegura Saki, cuya idea de negocio ha hecho la vida más fácil a cientos de conductores de El Cairo.
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