Desde las salas de antaño en las playas, con dos altavoces a los lados de la pantalla, los cines de verano han ido evolucionando para convertirse en una alternativa de ocio indispensable cada verano, dando la posibilidad de ver a las grandes estrellas del celuloide bajo las estrellas de una noche de verano.
Algunos cines sobreviven como salas convencionales y sólo abren con la llegada del verano, aunque hay ejemplos que sobresalen de los demás, como el del patio de la Diputación de Sevilla, que cuenta con capacidad para 908 personas, lo que le convierte en el más grande (en capacidad) de los que existen en la provincia.
Desde que 'Tarde para la ira', de Raúl Arévalo, arrancó la temporada de este año, que terminará cuando ya esté casi por su mitad el mes de septiembre, la inmensa sala al aire libre cubre una media diaria de público de 500 personas, tomando como base los datos de los dos últimos años.
'Cafe Society', 'El ciudadano ilustre', 'La estación de las mujeres', 'El porvenir', 'Un monstruo viene a verme', Locas de alegría', 'Comancheria' o 'La ciudad de las estrellas, la la land' componen su cartelera de este verano, siempre con películas que, si bien no son de estreno, sí son actuales, por lo que supone la excusa perfecta para, en algunas ocasiones, verlas en pantalla grande por primera vez.
Y es que, la base de espacios como este no es el estreno de películas de última novedad, sino en muchos casos repasar algunos de los éxitos de las pantallas de meses anteriores, con la premisa siempre de verlas al aire libre, y en más de una ocasión bien provistos al menos de una chaqueta para llevar lo mejor posible los cambios de temperatura nocturnos con respecto al calor del día.
En el caso de la iniciativa de la Diputación de Sevilla, se mantiene un precio de cuatro euros para todas sus entradas, con inicio de sesiones a las 22.15, nada más caer el sol, siguiendo la estela de una idea que se inició en 1996, como una de las líneas de contenido del Festival de Danza de Itálica, con tal acogida de público que se ha ido manteniendo en el tiempo.
Es, por lo tanto, una de las citas más llamativas en cuanto a aforo de este tipo de citas, aunque en la provincia hay otras que llaman la atención, como la del Ayuntamiento de Marchena, que puede superar el aforo incluso de la Diputación, ya que ofrece sesiones de cine de verano en los parques públicos, a los que la gente va como a los cines de siempre, con sus butacas y neveras, de modo que no hay un aforo concreto.
Lo explica Víctor Montes, delegado del área que organiza esta cita, que evoluciona después de que el año pasado se realizasen dos sesiones en la Plaza del Ayuntamiento, y ahora se lleva a los parques públicos del pueblo, donde, eso sí, se cuenta con la complicidad de los vecinos para que todo esté igual de limpio cuando acabe la sesión que antes de comenzar.
La guerra civil del Capitán América o el apocalipsis de X-Men se abren a los marcheneros este verano, igual que en la cercana Arahal la pantalla se ha iluminado en el Parque del Manzanillo, aunque con el matiz de ser cine infantil, pero también con la excusa de salir de casa y sentarse en plena zona verde a ver cine al aire libre.
Los hay de muchos tipos, y, por supuesto, los hay veteranos, como el Cinema Tomares, que se mantiene desde 1964 gracias al empuje de una familia de la localidad del Aljarafe sevillano, que este año cumple 53 años a su frente, y levanta el telón todo el verano a las 22.30 horas, media hora antes en septiembre, para no perderse detalle las aventuras de sus actores en su pantalla bajo la luna de 72 metros cuadrados.