Cerca de la totalidad de los andaluces, el 97,9 por ciento, considera que el cambio climático es una realidad, frente al 0,7 por ciento que opina que no está sucediendo y un 1,4 por ciento que no sabe posicionarse o no contesta. Además, el 81,3 por ciento de los encuestados atribuye una alta probabilidad a que, en los próximos veinte años, en Andalucía se produzca un aumento significativo de las temperaturas, el 42,7 por ciento piensa que se incrementará el proceso de desertificación, el 39 por ciento alude a un aumento del nivel del mar y el 17,3 por ciento estima un incremento de la emisión de gases de efecto invernadero o de los incendios forestales (7,2%).
Son datos de la última Encuesta de la Realidad Social de Andalucía, que recoge las percepciones sobre el conocimiento, las valoraciones y los comportamientos de la sociedad andaluza ante el cambio climático, según ha explicado en una nota el Centro de Estudios Andaluces. El sondeo, que ha sido realizado en el mes de mayo a una muestra de 1.000 personas mayores de 16 años, está dividido en tres bloques temáticos para conocer en profundidad este fenómeno: conocimiento, creencias e importancia otorgada al cambio climático; conocimiento y valoración de los andaluces sobre las políticas de actuación frente al mismo; y la predisposición a actuar frente al cambio climático.
Con respecto al primero de los bloques, la encuesta describe a un ciudadano andaluz satisfecho con la situación medioambiental en el entorno más cercano. Para el 84,5 por ciento, la situación medioambiental es 'muy buena' o 'buena' en su provincia de residencia, para un 83,2 por ciento lo es en Andalucía y un 83 por ciento en su municipio, mientras que en el ámbito estatal se recoge la percepción menos positiva, con un 76,8 por ciento.
Aunque exista una percepción favorable de la situación medioambiental en el ámbito local, y un 29,6 por ciento de los encuestados no identifique ningún problema concreto, sí hay un número elevado de andaluces (70,4%) que señala que existen una serie de problemas tales como la suciedad en las calles (37,1%), la gestión de las basuras y residuos sólidos urbanos (27,1%) o la contaminación del aire (25,4%). Cuanto mayor es el municipio de residencia, mayor consenso existe al señalar como problema la contaminación del aire y la suciedad en las calles: sin embargo, el problema relacionado con las basuras y residuos sólidos urbanos está más presente en ciudades medias y preocupa sobre todo a los más jóvenes o a los que tienen mayor nivel formativo.
Los resultados de esta encuesta también confirman que una amplia mayoría de los consultados conocen cuáles son los mecanismos a través de los que se produce el fenómeno del cambio climático. El 94,2 por ciento señala como verdadero que se contribuya empleando carbón, petróleo a gas o que la emisión de gases de efecto invernadero es la principal causa de este fenómeno (93,5%).
Por último, en lo que respecta al grado de importancia que le otorgan los andaluces a este fenómeno, destaca que a nivel estrictamente personal se le otorga un grado medio de relevancia de 7,22 en una escala de 0 a 10, mientras que en el conjunto de la sociedad andaluza es superior, con una puntuación media en la misma escala de 7,87.
"REGULAR" GESTIÓN DEL GOBIERNO
En cuanto a la identificación de los colectivos y agentes que deben ser los encargados de actuar en pro de la lucha ante el cambio climático, el 77,2 por ciento atribuye esta responsabilidad a los gobiernos supranacionales; el 63,3 por ciento, a las empresas y la industria; seguidos de los gobiernos nacionales, con un 55,5 por ciento.
Llama la atención cómo todos los niveles de Gobierno son valorados con un 'regular' por su gestión en la lucha contra el cambio climático. Más de la mitad de los consultados califican como 'regular' la gestión de la Diputación provincial (53,9%) y la de su Ayuntamiento (50,9%). En cambio, existe algo menos de consenso al otorgar esta misma calificación para la labor de la Junta de Andalucía (47,5%) y la del Gobierno de la Nación (44,5%) en esta materia.
En lo que respecta a las medidas planteadas por las administraciones para luchar contra el cambio climático destacan que nueve de cada diez encuestados están 'de acuerdo' o 'muy de acuerdo' con llevar a cabo acciones que contribuyen a la mejora de la calidad de vida sin repercutir en un esfuerzo, como por ejemplo promover e incentivar la educación medioambiental (97,6%), destinar más fondos a la creación de zonas verdes y plantación de zonas de arbolado (96,8%), o la emisión de un bono de transporte público para el acceso de la población a los centros urbanos (92,9%).
Ocho de cada diez andaluces también están a favor de peatonalizar los centros urbanos (80,1%) y limitar el acceso al centro de los vehículos contaminantes (79,7%), mientras que cinco de cada diez se muestran en contra de restringir aún más la velocidad del tráfico tanto en la demarcación municipal (51,9%) como en autovías y autopistas (58%).
CASI TODOS APUESTAN POR ANTICIPARSE A LAS CONSECUENCIAS
En el tercero de los capítulos de la encuesta se aborda la predisposición a actuar frente al cambio climático. Ante la pregunta de '¿qué deberíamos hacer?', la población andaluza responde mayoritariamente: el 96,95 piensa que debemos anticiparnos a las posibles consecuencias del cambio climático y además debemos reducir el consumo energético (96,3%). También es mayoritaria la postura de que debemos confiar en que la ciencia moderna solucionará el problema del cambio climático (95,5%) y que debemos fomentar el uso de las tecnologías más eficientes (94,6%).
En consonancia con los resultados anteriores, entre las prácticas medioambientales compartidas por la totalidad de los andaluces en su vida cotidiana se encuentran procurar una 'racionalización' del consumo eléctrico (97,4%) mediante el apagado de luces innecesarias o la adquisición de productos de ahorro energético, entre otras acciones, pasando por intentar reducir el volumen de residuos generados y participar en el proceso de reciclado (92,3%), hasta adoptar medidas para economizar agua (82,1%).
Acompañando a estas prácticas comunes, la mitad de los encuestados (50,5%) también intenta reducir el consumo de artículos desechables, comprar productos no nocivos con el medio ambiente (40,6%) y reducir el uso del vehículo particular (38,3%). Sin embargo, tan sólo un 4 por ciento de los encuestados manifiesta haber mejorado el aislamiento de su vivienda para favorecer el ahorro energético.
La participación en diferentes iniciativas ciudadanas para luchar contra el cambio climático, sin embargo, no está tan extendida entre la población andaluza. Entre las presentadas, la más secundada es realizar otro tipo de actividades de respeto ambiental a través de la educación de los hijos o la participación en redes sociales (55,8%), y el 23,1 por ciento de los andaluces apoya a través de estas redes acciones medioambientales o asiste a manifestaciones. Asimismo, la implicación en acciones colectivas puntuales organizadas es escasa: un 15 por ciento manifiesta haber participado en campañas de repoblación, un 11 por ciento lo ha hecho en actividades de limpieza pública y el 2,3 por ciento en labores de extinción de incendios.
Por último, la encuesta pone de manifiesto que, en general, los andaluces no muestran predisposición a realizar un esfuerzo económico para contribuir a la protección ambiental, ya que la amplia mayoría de la población indica no estar dispuesta a pagar un 10 por ciento adicional por su consumo.