Desde el 2 de mayo de 1914 hasta el 20 de mayo de 1920, Joselito y Belmonte protagonizaron el tiempo dorado de la Tauromaquia. Las temporadas de 1915, 1916 y 1917, fueron para José Gómez Ortega "Gallito" de éxitos arrolladores y de marcas hasta entonces nunca logradas por torero alguno. Durante seis años seguidos [1913-1918], fue primero en el escalafón. Un tiempo llamado "Edad de Oro" de la Tauromaquia, valoración histórica que transcendió varios años después y que comenzó a plantearse con motivo de la muerte trágica de Joselito en la Primavera de 1920.
Entre 1914 y 1917 se forjó la competencia taurina de Joselito y Belmonte, consolidada en 1919 y 1920, con el paréntesis de la temporada de 1918, cuando el “Pasmo de Triana” dejó de torear en España y se quedó en América. Un tiempo llamado “Edad de Oro” de la Tauromaquia, valoración histórica que transcendió varios años después y que comenzó a plantearse con motivo de la muerte trágica de Joselito en la Primavera de 1920.
Las temporadas de 1915, 1916 y 1917, fueron para José Gómez Ortega “Gallito” de éxitos arrolladores y de marcas hasta entonces nunca logradas por torero alguno. Durante seis años seguidos [1913-1918], fue primero en el escalafón. En 1919, después del paréntesis taurino americano del año anterior, con boda incluida, fue Juan Belmonte quien puso el listón más alto, tanto que no pudo ser superado hasta los tiempos de Manuel Benítez “El Cordobés” [1970], aunque con otros toros y circunstancias taurinas y de transportes muy distintas; es decir, sin comparaciones posibles.
La temporada de 1917, Joselito toreó ciento tres corridas y mató doscientos treinta y cuatro reses. En 1913, el diestro de Gelves tomó el testigo de su hermano Rafael, primero en el palmarés de 1912 con setenta y cuatro corridas toreadas, y fijó el número máximo de festejo en ochenta, número sólo alcanzada por Rafael Guerra “Guerrita” en 1899. Desde ese año hasta 1918, durante seis temporadas seguidas, Joselito se mantuvo como primer espada en el escalafón de matadores de toros, pese a perder bastantes corridas por percances y enfermedad.
En estos seis años, sumó las siguientes corridas: en 1913, ochenta; en 1914, setenta y cinco; en 1915, ciento dos; en 1916, ciento cinco; en 1917, ciento tres; y en 1918, ochenta. De manera que fue el primer torero en alcanzar y superar las cien corridas, sin volver la espalda a las divisas duras. Por ejemplo, entre 1912 y 1920, José Gómez “Gallito” estoqueó ochenta y nueve toros de Miura, en cuarenta y tres corridas. El total de toros lidiados entre 1913 y 1918, fueron los siguientes: ciento noventa y siete, en 1913; ciento setenta y uno, en 1914; doscientos cuarenta y dos, en 1915; doscientos cincuenta y uno, en 1916; doscientos treinta y cuatro, en 1917; y ciento sesenta y ocho, en 1918. La marca de Joselito fue igualada por “Espartaco” en las temporadas 1986-1991.
Joselito toreó veintidós corridas como único espada y en una de ellas cortó la primera oreja concedida en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Fue en 1915, en Feria de San Miguel, el 30 de septiembre. Aquel día “Gallito” se encerró en el coso del Baratillo con seis toros del conde de Santa Coloma y le fue concedida la oreja del quinto toro, de nombre “Cantinero”. Presidió la corrida histórica Antonio Filpo Rojas.
Juan Belmonte no actuó en España en la temporada de 1918, pero en la siguiente superó la marca de Joselito, que en 1919 sumó noventa y una corridas y ciento noventa y ocho toros muertos, perdiendo algunos festejos por percances. El “Pasmo de Triana” fue más respetado por los toros y pudo actuar en ciento nueve corridas, perdiendo una decena de contratos por cogidas. Juan Belmonte mató en 1919 doscientos treinta y cinco toros, no logrando superar los doscientos cincuenta y uno de Joselito en 1916.
Juan Belmonte tampoco volvió la espalda a los toros con fama de duros. Del hierro legendario de Miura, estoqueó ochenta y dos reses, cinco de ellas como novillero. Toros de las divisas de Murube, Pablo Benjumea, Guadalest, Santa Coloma, Pablo-Romero, Concha y Sierra, Saltillo, fueron frecuentes en los carteles donde figuraron Belmonte y “Gallito”.
A la primera oreja concedida a José Gómez “Gallito” en la Real Maestranza en 1915, siguió la segunda oreja para Juan Belmonte, en la temporada siguiente. Fue el 28 de abril de 1916, en corrida de feria. Se lidiaron toros de Gamero Cívico para Vicente Pastor, Joselito y Juan Belmonte. Este logró la oreja del sexto toro al que, según escribió “Don Criterio” en su crónica de “El Liberal”, le hizo una “faena monumental, puramente belmontina”.
Joselito toreó en Madrid seis corridas de novillos y ochenta y una de toros. Belmonte lo hizo cuatro veces de novillero y sesenta y cuatro de matador de toros. En Sevilla, Joselito toreó siete novilladas y cincuenta y ocho corridas de toros. Belmonte actuó ocho veces como novillero y cincuenta y tres como matador de toros.
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