Andalucía cuenta desde hace meses con una ambiciosa estrategia diseñada para dotar a su sector industrial de los instrumentos necesarios para recuperar el terreno perdido durante la crisis, ganar en dinamismo y tamaño y afrontar además los retos de mercados cada vez más competitivos. Con el respaldo de todos los agentes económicos y sociales, el Pacto Andaluz por la Industria movilizará hasta 8.000 millones en programas y ayudas con el objetivo de que el sector vuelva a ser uno de los grandes pulmones del tejido productivo regional.
El consejero de Empleo, Empresa y Comercio, José Sánchez Maldonado, desgranó algunas de las claves de ese plan en el plató de Acento Andaluz, el programa de Ondaluz TV. La apuesta, detalló, es conjugar tres ingredientes básicos -conocimiento, internacionalización y formación- para que el sector industrial andaluz pueda “redoblar esfuerzos” y lanzarse con máxiimas garantías a la aventura de “competir en un mercado que cada vez es más global”. Las ayudas que canalice la Junta de Andalucía favorecerán, por ejemplo, que el sector secundario regional dé el salto de la pyme a la gran empresa industrial para adaptarse así al nuevo entorno “de la Industria 4.0”, dominada por “la robotización” o el creciente peso de las nuevas tecnologías en todas las fase de la producción. Avanzar en tamaño también favorecerá, según Sánchez Maldonado, poder “hacer frente a las grandes inversiones que se necesitan en los mercados extranjeros”.
La Consejería de Empleo está convencida de que es el momento idóneo para que las empresas andaluzas aprovechen el cambio de ciclo económico y los retos de la nueva globalización. “No podemos perder el paso en la industria andaluza y española respecto al otro lado del Atlántico o el Pacífico”, alerta. El marco legal de apoyo al sector estará también apuntalado por Extenda, la Agencia de la Junta de Andalucía que incentiva el salto al exterior de los emprendedores, y por el Paidi, el Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Consejería de Economía que también tiene como horizonte el año 2020. La Agencia Idea también desplegará incentivos para el desarrollo de proyectos.
Ganar tamaño e internacionalización. En esos dos factores incide Sánchez Maldonado. Insiste en el primero porque está convencido de que “si no avanzamos en la dimensión de las empresas no tendrán escala suficiente para competir en los mercados internacionales”, de ahí que haya que “poner a disposición de las empresas todo lo que podamos, desde la disminución de trabas administrativas hasta la firma de acuerdos o el trasvase del conocimiento desde las universidades hasta las empresas”.
El fin de la crisis también abre oportunidades. Por ejemplo la que ofrece el dato de que por primera vez en décadas Andalucía haya registrado una balanza comercial favorable. Se vende más de lo que se compra. “Hay que aprovecharlo, no nos durmamos en los laureles”, advierte. Hay otras parcelas en las que Sánchez Maldonado anima avances, desde “la formación del capital humano” a la agilidad administrativa o potenciar infraestructuras y energías renovables.
A la espera del Gobierno central...
La Junta de Andalucía es consciente de que todos los esfuerzos en los que se embarque para potenciar el sector industrial deberían contar con el respaldo expreso del Ejecutivo central. “Necesitamos la ayuda del sector público que depende del Gobierno nacional porque son ellos lo que tienen, por ejemplo, las competencias en políticas de dinamización de la economía”, alerta Sánchez Maldonado. Su departamento no “cejará en el empeño” de reclamar implicación a Madrid, aunque los últimos síntomas no sean halagüeños. Entre los agravios que señala la Junta figuran la caída del 36% en las inversiones del Estado en Andalucía que contemplan los Presupuestos Generales este año o los oídos sordos que hace la Administración central al impulso definitivo al tramo del Corredor Mediterráneo que discurre por la comunidad, en especial la crucial conexión entre el Puerto de Algeciras y el nudo ferroviario de Bobadilla.
“Necesitamos potenciar la conexión básica con Algeciras, pero también el puerto seco de Antequera o infraestructuras en la zona oriental de Almería, Jaén o Granada para que dejen de ser un desierto energético”, detalla Sánchez Maldonado, quien recuerda que el Gobierno central tiene el mandato constitucional de fomentar “el equilibrio territorial”.
Objetivo: recuperar los 533.000 empleos
El Pacto por la Industria movilizará hasta 8.000 millones de euros para, entre otros objetivos, recuperar en el horizonte de 2020 los niveles de empleo que acumulaba el sector antes de que la economía internacional se viera sacudida por la crisis económica. El acuerdo se plantea regresar así al nivel de los 533.000 ocupados en una actividad que, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, ya encabezó la creación de empleo en 2016 en Andalucía. En ese último periodo la industria fue capaz de sostener 34.500 nuevos puestos de trabajo, dando síntomas así de una clara reactivación. Es precisamente ese nuevo empuje el que trata de afianzar el Pacto para evitar que el esfuerzo de los últimos años se diluya.
Apoyo de todos los agentes sociales
La presidenta de la Junta, Susana Díaz, presidió el pasado 30 de enero el acto por el que el Pacto Andaluz por la Industria obtuvo la aprobación del presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, y los secretarios generales de UGT-A y CCOO-A, Carmen Castilla y Francisco Carbonero.
Elevar al 18% el peso en la economía
El documento plantea elevar el peso de la actividad industrial en la economía andaluza hasta al 18% del Valor Añadido Bruto, lo que equivale a 3,12 puntos más. También fija el objetivo de duplicar el número de empresas manufactureras innovadoras, elevar en un 20% la proporción de las actividades que las industrias dedican a esa faceta e incrementar en un 50% el número de solicitudes de patentes nacionales o duplicar el porcentaje de industrias en entornos digitales.
Hasta 52 medidas
El Pacto por la Industria contempla hasta 52 medidas de carácter horizontal distribuidas en ocho ejes que abarcan aspectos tan diversos como la formación profesional, la proyección exterior, la gestión del talento, la innovación social, la tecnología o el desarrollo de las infraestructuras. Asimismo, se identifican diferentes áreas de oportunidad para el desarrollo futuro de medidas de carácter vertical o sectorial para que sus efectos alcancen a todas las ramas de actividad.