Juanma Moreno se apuntó este lunes su primera gran victoria desde que hace apenas dos semanas fue reelegido al frente del PP andaluz. El hombre al que Mariano Rajoy encargó intentar el asalto definitivo a la Junta se cuelga una medalla tras imponerse en el pulso al que le habían retado dos pesos pesados provinciales que pretendían seguir siéndolo y que están claramente alineados en la otra orilla del partido, la misma en la que militan la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.
Los secretarios de Estado de Hacienda y de Seguridad, José Enrique Fernández de Moya y José Antonio Nieto, no podrán aspirar a un nuevo mandato al frente del partido en Jaén ni en Córdoba porque la dirección nacional de Génova les ha dado portazo esgrimiendo el ya famoso artículo 10 de los estatutos del partido que regula las nuevas incompatibilidades. La dirección alega que si se ostenta un cargo en el Gobierno central no se pueden dirigir con solvencia las riendas del PP en una provincia porque eso requiere dedicación casi exclusiva y “pisar el terreno día a día”. Es la teoría de “una persona, un cargo” que defiende Moreno Bonilla desde que aterrizó en la sevillana sede de San Fernando y que habían intentado regatear sus detractores hasta el punto de que Fernández de Moya anunció hace semanas por sorpresa que repetiría y tuvo que ser frenado.
De la aplicación de la norma se salva, sin embargo, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, al que la dirección autoriza a concurrir a la reelección al frente del PP gaditano porque se interpreta que tener despacho oficial en la comunidad le facilita la duplicidad de responsabilidades.
Moreno, que este lunes precisamente pisaba la sede nacional en Madrid en una reunión de líderes autonómicos con Mariano Rajoy el resto de la cúpula, no disimuló su satisfacción. Calificó de “sensata y razonable” la resolución del conflicto, que le otorga una doble victoria: sale reforzado por las altas esferas en la batalla interna en la que está sumido el PP andaluz y suelta el lastre de dos oponentes en la aplicación del modelo de partido renovado que se comprometió a impulsar cuando desembarcó en la presidencia andaluza.
Acatar no es renunciar...
Desde el PP-A, no obstante, se mantuvieron las formas y se reconoció tanto a Fernández de Moya como a Nieto, exalcaldes también de Jaén y Córdoba, su condición de “buenos gestores”, su “alta capacidad de trabajo” y el gesto de haber dado “un paso a lado”. Craso error en el exceso laudatorio, porque al menos uno de los implicados no estaba por la labor de despedirse en silencio. Antes de participar en la Junta Directiva del PP de Jaén, que debía poner la fecha del 21 de mayo al congreso provincial, Fernández de Moya aclaró los términos con una crítica implícita a la dirección nacional y a Moreno Bonilla. “La pura realidad y la única verdad es que nos han declarado incompatibles”, aclaró para negar una renuncia voluntaria. No protestará más, al menos en público, porque se define como “hombre disciplinado y de partido”, lo que le obliga a “acatar la instrucción de la dirección nacional”.
En privado lo que se susurra en el PP es que Mariano Rajoy, fiel a su estrategia eterna de compensar a unos y otros, quita ahora a Dolores de Cospedal sacrificando a dos de sus peones andaluces lo que le concedió hace mes y medio manteniéndola al frente de la Secretaría General. Para suplir a Fernández de Moya hay en Jaén ya tres candidatos, oficialistas y críticos. Habrá guerras provinciales.
El PSOE-A ironiza con las varas de medir
El secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, se enoja cuando otros partidos se inmiscuyen en asuntos internos socialistas, pero este lunes decidió tocar heridas ajenas. “Otros lo hacen”, alegó. El número 2 de Díaz en el PSOE andaluz criticó que el PP aplique “incompatibilidades a la carta”, refiriéndose a la posibilidad de que Antonio Sanz sí puede ser reelegido. Lo atribuye a que “Moreno no se quiere enfrentar a Arenas”.
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