"Cuando los que gobiernan se vuelve impopulares, surgen los populistas". El Roto.
En política hay una máxima oculta que dice que si quieres no esclarecer un asunto lo más acertado es crear en torno a él una comisión de investigación, que resulta socialmente bien vendible, es estético, limpio, a todos envuelve en un bonito traje de dignidad y, en definitiva y al final, no sirve para absolutamente nada. Reuniones, ruedas de prensa sobre lo ardua que está resultando la labor, bla, bla, aburrir al personal hasta que éste empieza a perder interés y un día, visto que el horno está a punto para sacar el bollo, concluir con un dictamen que o bien exime de toda responsabilidad a quien debería señalar o, como es el caso, no hay consenso político o votos necesarios para mostrar responsables y se disuelve dicha comisión sin que concrete nada. Por tanto, cada vez que oiga que se va a crear una comisión de investigación llevada por políticos para esto o aquello desconfíe, no sirve para nada.
El partido político Podemos le cuesta a los andaluces al año en torno a 2,5 millones de euros y en la votación de la reciente comisión de investigación sobre los cursos de formación decidió no votar al entender que la misma era "un paripé" y no querían seguir el juego "a la chapuza", decían, ocultando claro está que apenas habían participado en la misma porque lo suyo es más montar el show marchándose de los plenos que ponerse a trabajar en serio para ganarse el sueldo que perciben. Con su no participación han conseguido eximir de toda responsabilidad política tanto a Chaves como a Griñán y, por tanto, a la Junta, porque si no hay responsables políticos en este aparente fraude, ¿qué hay? Ciudadanos y PP votaron exigiendo esta responsabilidad, pero la no participación del partido Podemos ha logrado que el PSOE salga victorioso, otra vez, en este asunto, tal y como sucedió antes en la comisión que se celebró por el caso de los ERE. Caídos en el error pidieron repetir la votación, a lo que el presidente del Parlamento, obviamente, se negó porque para sorpresa de los de su bancada y sin negociación previa habían logrado sacudirse toda responsabilidad política, por lo cual y con posterioridad se vertió alcohol noble sobre la barra de la cafetería del parlamento un rato más tarde. Entre risas. No es para menos, encantados de compartir espacios políticos con quienes se equivocan tanto porque creen que con el show es suficiente.
Es la banalización absoluta de la política y lo vemos a diario: se marchan constantemente de las instituciones para montar el numerito, cuando lo que hay que hacer es exactamente lo contrario. Quedarse. Trabajar, leerse los informes, estudiar, plantear alternativas, debatir, conciliar, conseguir en definitiva con todo esto mejorar la vida de los ciudadanos que son los que les pagan y no para que a las primeras de cambio cojan la puerta camino, es lícito pensarlo, del bar.
La Ley. El Pleno del Ayuntamiento de Jerez para los presupuestos se ha tenido que aplazar al rechazar el partido Podemos y PP la modificación que regula el impuesto de plusvalía que elimina las bonificaciones para cumplir la Ley. "Nos resistimos a aplicar una Ley injusta...", dicen. ¿Podemos hacerlo todos? Lo de resistirnos... ¿Todos podemos negarnos a que nos apliquen leyes injustas? ¿Sí? ¿Se puede exigir el cumplimiento de la Ley, por ejemplo, en Cataluña, y lo contrario en la provincia de Cádiz? La doble moral en política, como en tantos otros aspectos de la vida, parece no tener límites...
Brexit. En estos días se extiende una nube gris por Europa llamada Brexit que de pronto para todos es una seria amenaza, de hecho tanto el comercio tradicional hortícola como el del vino miran con desconfianza hasta qué punto se verán afectados por una alteración arancelaria que puede dificultar su negocio en el Reino Unido. Y en el caso del vino es especialmente delicado porque el mercado británico siempre ha sido esencial para el sherry, actualmente en pleno proceso de expansión comercial gracias, en gran medida, al haber entrado en las cocinas de los mejores restaurantes del país y de Europa.
La incertidumbre es grande porque nadie sabe muy bien cómo se gestionará este divorcio entre Europa y el Reino Unido pero todo el mundo sabe que cuando dos, porque uno lo ha querido, deciden romper relaciones lo natural es que terminen volando trastos sobre cabezas porque es difícil que ambos queden satisfechos con el resultado final. Y será el comercio, pero también afectará a la libre circulación de personas, a todos aquellos que viven allí, que viven aquí, que usan esta o aquella sanidad. Y Cádiz es, como siempre, punto especialmente afectado; de igual modo que si la política de defensa que emprenda Trump puede alterar situaciones para la base naval de Rota, el Brexit representa una seria amenaza en la dinámica social y comercial del Campo de Gibraltar. Picardo, ministro principal de Gibraltar, confía que tras el proceso se mantenga la fluidez fronteriza, pero al tiempo reconoce la difícil situación en la que se encontrará una población que votó por encima del noventa por ciento en contra y que, quiera o no, se verá sometida a un aislamiento mayor, más si como parece razonable sean necesarios visados para cruzar la frontera. El Brexit es una mala idea fruto de la torpeza de un político nefasto como para la historia quedará Cameron. El efecto mariposa dice que un aleteo en una parte del mundo puede provocar un tsunami en otra; la idea que un día pasó por la mente de este sujeto tendrá consecuencias terribles al paso de unos años y afectará a millones de personas, en los campos y viñedos de Cádiz, en Gibraltar y en tantos lugares de Europa que hoy temen como la sombra del Brexit se apodera de sus vidas.
4.200. Son los millones que el gobierno del PP destina a Cataluña en los presupuestos del Estado, 1.400 al País Vasco y 700 a Canarias. Se sospecha que de los 61 diputados andaluces que circulan por el hemiciclo se repartían entre los del partido Podemos, que decidían en qué momento lo abandonaban para darle continuidad a lo de siempre y es marcharse, quién sabe si al bar, los del PP, que en ningún caso van a contradecir lo que ordenan sus jefes de Madrid, los de Ciudadanos, que entre comisiones, lo de Murcia y no saber si ponerse a la derecha o a la izquierda andan como gato sin ratón, y los del PSOE, entretenidos en la tarea de ponerse tras Sánchez, tras Díaz o tras López. ¿López? Mientras, el ministro de Fomento ha dicho que no había presupuesto para el tren de Granada, para desenterrar los túneles del AVE en Almería y para solucionar la desconexión ferroviaria del puerto de Algeciras. Eso sí, todos de acuerdo que con la llegada de la primavera y del buen tiempo van siendo hora de mirar al sur a pasar unos días en las costas andaluzas, parada previa en Semana Santa y posterior en sus ferias, con esa gente tan acogedora, tan amable, tan bondadosa que a todos recuerdan esas comisiones de investigación chulas y bien organizadas y que, visto lo visto, sirven para lo que sirven.
Bomarzo
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