Un Ifema desbordado y toda la vieja guardia socialista adherida a la causa de Susana Díaz canalizaron el domingo un contundente mensaje a Pedro Sánchez y, aunque en menor medida por sus opciones reales, a Patxi López. La guerra interna por las primarias en la que se ha sumido el PSOE pese a las llamadas a la unidad tiene mucho de gestos, de abrumar al contrario con constantes demostraciones de músculo. Lo explotó la candidatura del exsecretario general en el acto de enero en Dos Hermanas en el que anunció su candidatura y que acabó celebrándose fuera del recinto inicial alegando problemas de aforo. Volvió a repetir estrategia hace días en Cádiz lanzando en las redes sociales fotos de colas de militantes sin silla en el Palacio de Congresos. La jugada la calcó el equipo de Díaz en el ya famoso acto de Madrid aireando con rapidez que había sido necesario habilitar un segundo pabellón.
Díaz y Sánchez, los dos grandes aspirantes a tomar el poder de Ferraz, se contraprograman alardeando de arrastrar masas y de un tremendo poder de convocatoria. La artillería será más pesada a partir de ahora, con los contrincantes ya presentados y con el calendario corriendo hacia la más que probable fecha del 21 de mayo como jornada decisiva en la que se decidirán las primarias y el futuro inmediato del PSOE nacional.
Susana Díaz lo sabe y saboreaba este lunes el tremendo ruido mediático de su postulación en Madrid. Su propio secretario de Organización en el PSOE andaluz, Juan Cornejo, no disimulaba el “subidón”, según propia definición, que ha insuflado la lideresa entre sus incondicionales. Pero la presidenta quiere más. Entre otras cosas busca un segundo gran golpe de efecto que acabe por nokear casi definitivamente a Pedro Sánchez. El proceso al que pondrá fecha concreta el Comité Federal de este sábado quemará otra etapa clave cuando cada candidato sepa el momento en que deberá acudir a Ferraz con las cajas de cartón repletas de avales. Será tras la Semana Santa y es apenas un mero trámite, pero todos asumen que oculta el mejor termómetro para calibrar dónde colocan los militantes el listón real de sus aspiraciones. Fuentes del entorno de Díaz confían en “sacar varias cabezas de distancia” a Pedro Sánchez. Eso, traducido en cifras, implicaría “triplicar o incluso superar en más de eso” el número de avales que sea capaz de reunir el antiguo secretario general.
Cada aspirante necesita tan sólo un 5% del censo total, que no alcanza los 200.000 afiliados. La cifra no está cerrada porque desde el PSOE-A se insiste en que está “viva”, que cambia de día a día con altas y bajas en cada rincón del país, y que por tanto hasta que no haya calendario oficial no se sabrá dónde establecer el corte temporal que dé o no derecho a votar en las primarias. El PSOE andaluz sí que sabe, de memoria, que sus militantes rondan los 45.000, básicamente porque es en la patria chica de Díaz donde debe arañar más apoyos. La candidatura de la presidenta cree que en torno a 27.000 adhesiones en toda España sería una victoria parcial aplastante porque desmoralizaría al resto.
Poderes casi decantados
Además de Andalucía, Susana Díaz cree que comunidades como Extremadura, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana o Asturias le serán fieles. Es ahí donde espera cimentar la victoria, porque en el resto hay dudas. Este sábado, por ejemplo, volará desde Madrid tras el Comité Federal hasta Canarias, primera etapa de campaña tras confirmar candidatura. Después de eso le queda un maratón para cumplir su hiperbólica aspiración de “visitar todas las agrupaciones”. Hay aún una incógnita: cuándo pisará Cataluña, territorio clave aún por decantar.
La oposición carga aún con más fuerza
Ha sido el argumento de los últimos meses de la oposición y este lunes se oyó con más fuerza que nunca: si Díaz está volcada en tomar Ferraz debería dejar la Junta. Ahora o más aún en el caso de que resulte vencedora en mayo. El PP le sugiere que se conceda “una excedencia forzosa” porque San Telmo está ya “vacante”. Podemos le recomienda que se dedique “100% a Andalucía y no al PSOE” y desde Cs Juan Marín hace cálculos y cree que tendría “mal retorno” a su puesto si pierde en las primarias.
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