Por mucho que queramos siempre está el destino para sorprendernos jugándonos una buena o mala pasada. Quién sabe.
Tan solo se trata de aprender a valorar lo que tenemos. De saber darle un sentido a nuestras vidas. Porque hoy estamos aquí y mañana quién sabe dónde vamos. No tenemos nada escrito, ni siquiera nuestro día de hoy. Por mucho que queramos siempre está el destino para sorprendernos jugándonos una buena o mala pasada. Quién sabe. Por eso aprovecha cada instante como si fuera el último. Dejándote cada suspiro de aire como si no hubiera un mañana. Que el aire que respiramos hoy no es el mismo que teníamos ayer, ni el que tendremos pasado este momento. Todo va cambiando, aunque no lo queramos o no seamos capaces de darnos cuenta. Nosotros también cambiamos. Nos vemos obligados a cambiar, el tiempo que es un sabio amigo nos lo requiere. Y no por nada, sino para no ser dañados una y otra vez. Las experiencias nos hacen adquirir conocimientos que desconocíamos y a base de reveses y caídas, nos lo enseña. Y hay veces que para aprenderlo tenemos que haber sentido esa caída en varias ocasiones. Tenemos que vernos con las rodillas ensangrentadas y la soga al cuello pidiendo auxilio. Cuánto sabe la vida. Y cómo la valoramos cuando estamos justo en el límite. En el límite de acabar algo. Lo que no sabemos es que los finales, dan comienzo a algo nuevo. Y no sé si lo que nos asusta es acabar con algo que sentíamos nuestro o tener un nuevo comienzo sin saber qué nos deparará. Por eso disfruta de cada momento, siente que lo malo pasará y que todo lo bueno que te está pasando vino porque te pertenece. Regala abrazos a tus seres queridos sintiéndote en casa cada vez que tus brazos lo rodeen, grita sin importar qué pero sintiendo que tienes voz y que el mundo te escucha, haz magia con tus besos y poesía con tus manos, valora cada detalle, porque son cosas que no podrás comprar en cualquier tienda. Y si después de estas letras algo se removió en tus adentros, significa que sigues vivo y eres capaz de sentir todas estas letras. Así que comienza por ti, a quererte, a valorarte y continúa por todo lo que tienes a tu lado, que la riqueza de la vida no se compra, te la ganas tú con los años.
