Admirada por muchos, querida por todos, Rosita, como algunos la llaman, ha sido todo un ejemplo a seguir desde muy pequeña, ganándose a base de esfuerzo y trabajo un hueco en el mundo del fútbol femenino nacional, en cuya élite se ha llevado habitando muchas temporadas.
Su equipo durante once años, el Levante U. D, al que llegó en la temporada 98/99, procedente del sevillano C. D. Hispalis, donde estuvo cuatro campañas, nada más que tiene palabras de agradecimiento para esta jugadora, a la que ya quieren tener como integrante del cuerpo técnico en la Escuela de Fútbol levantina.
Jugar en España a fútbol, si eres mujer, no te soluciona la vida económicamente.
Las jugadoras tienen claro, que después de terminar su etapa de deportistas hay que seguir trabajando para poder vivir y ese es exactamente el motivo que ha llevado a Rosa Castillo, a colgar las botas: una oferta laboral irrechazable, que le soluciona profesionalmente un futuro, que se ha venido labrando desde hace años.
La ‘siete’ del Levante UD, dice adiós al fútbol a sus treinta y cuatro años, por la puerta grande, en condiciones todavía de seguir jugando como ella misma comenta “queria retirarme en forma y sintiéndome importante dentro de mi equipo, para que la afición me recordara de esa forma”.
La decisión, aunque ha sorprendido a muchos, no ha sido tomada a la ligera por Rosa “me han ofrecido ampliar mi trabajo de media jornada a jornada completa como monitora deportiva en el Ayuntamiento de una localidad situada a nueve kilómetros de Valencia y he decidido que era una oportunidad importante y el paso definitivo en mi vida para tener estabilidad laboral y económica”.
Rosa, comunicó al Levante UD, su decisión de dejar el club como jugadora en activo e inmediatamente, le han ofrecido “continuar como monitora de la cantera femenina”.
Estos días, la jugadora barbateña, se encuentra en su localidad relajándose, disfrutando de sus playas, aunque pronto volverá a tierras valencianas, donde de buen seguro, su club de toda la vida, le tendrá preparada alguna sorpresa de despedida, aunque ella asegura “no saber nada, aunque casi seguro que me tendrán preparado algo”.
Rosa, considera que “treinta y cuatro años considero que es una buena edad para retirarte, pues está claro que no voy a estar toda la vida jugando al fútbol”.
Para el Levante U. D, solo hay palabras de agradecimiento: “lo he ganado todo con este club, Copas de la Reina, Liga, y va a ser imposible que me desvincule de él”.
Al volver la vista atrás, Rosa recuerda que “mi llegada al fútbol femenino de nivel fue de casualidad. La persona que me ayudó a dar el paso importante fue Manolín Núñez, que me presentó a la seleccionadora andaluza, me llevó a Sevilla a hacer unas pruebas y de la noche a la mañana, me ví en el sitio donde había soñado desde pequeña. Luego llegó mi fichaje por el CD. Hispalis y el salto al Levante U. D. donde he acabado mi carrera”.
La barbateña, recuerda con nostalgia, “mis primeros pasos en el mundo del fútbol, en el Polideportivo de Barbate, donde por entonces ver a una niña practicando este deporte, era muy extraño. Tuve la suerte de no recibir ningún tipo de rechazo nunca. Los niños me acogían en los equipos como una más, siempre estaban dispuestos a que participara con ellos en los partidos”.
Para despedirse, Rosa no quiere olvidar lo importante que fue para ella “contar en todo momento con el apoyo de mi familia, que estuvo conmigo en todo momento para que consiguiera mi objetivo de ser futbolista a gran nivel".
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