El presidente ejecutivo de Abengoa, Gonzalo Urquijo, tal y como avanzó www.andaluciainformacion.es en noviembre, tiene un sueldo fijo de 1 millón de euros anuales. La consultora Mercer asesoró a Abengoa sobre cuál debería ser su salario al incorporarse a la presidencia en noviembre, según explica la empresa en la información enviada a la CNMV. El sueldo variable podría alcanzar, cumpliendo determinadas condiciones, hasta el 140% del fijo. Es decir, se embolsará hasta 2,4 millones al año.
Respecto a la indemnización por cese, que equivaldría a dos años completos de sueldo fijo y variable (hasta 4,8 millones), el consejo de Abengoa fijó el pasado 27 de febrero las condiciones para que Urquijo pueda percibirla y precisó que su cobro “estará sujeto a reembolso (y la sociedad podrá reclamarlo) en caso de que el pago no se haya ajustado a las condiciones de rendimiento o cuando se hayan abonado atendiendo a datos cuya inexactitud quede acreditada con posterioridad”.
Una postura que se adopta después de que las indemnizaciones de la anterior cúpula estén siendo juzgadas por la Audiencia Nacional, donde la juez Carmen Lamela ya ha dicho en el auto de apertura de juicio oral que Abengoa no debería haber abonado ni un solo euro de indemnización ni a Benjumea ni a Sánchez Ortega. El fiscal de la Audiencia ha pedido por ello 5 años de cárcel al primero, y cuatro al segundo. También están imputados en este caso Fornieles y dos exconsejeras de la empresa, todos ellos por aprobar las indemnizaciones.
Abengoa avanza además que esa posibilidad de exigencia de devolución a posteriori de indemnizaciones tras el cese podría incorporarse a la política general de retribuciones de la empresa, que se renovará este año y entrará en vigor a partir de 2018. En ese caso, se procedería a modificar el contrato de Urquijo, que no obstante deberá atenerse a lo aprobado en el consejo del pasado 27 de febrero.
Expresidentes sin indemnización
Los dos presidentes que ha tenido Abengoa desde que Felipe Benjumea dimitiera en septiembre de 2015 y el actual, Gonzalo Urquijo, llegara en noviembre de 2016 no han percibido indemnización alguna al dejar su cargo. El primero de ellos, José Domínguez Abascal, ocupó el puesto entre septiembre de 2015 y el último día de febrero de 2016. Su contrato recogía que, si era cesado, podría optar por cobrar 700.000 euros –el equivalente a un año completo de sueldo fijo- o bien reintegrarse a su puesto de trabajo anterior (en la Universidad de Sevilla). Abascal, conocido en la Escuela de Ingenieros de Sevilla como Pepón, decidió esto último.
Además, Domínguez Abascal tenía reconocida una compensación excepcional de otros 700.000 euros a percibir en función del cumplimiento de determinadas condiciones relacionadas con la salida del concurso, pero estas no se cumplieron y el consejo de la empresa decidió en marzo de 2016 que no se cumplían las condiciones para abonar esa compensación.
Su sucesor, Antonio Fornieles, cobró 548.000 euros en 2016 por su labor de vicepresidente y, desde el 1 de marzo del año pasado y hasta el 22 de noviembre, como presidente no ejecutivo. Tampoco cobró ninguna indemnización al dejar el cargo. Fornieles está, precisamente, imputado en la querella contra el expresidente y el exconsejero delegado, Felipe Benjumea y Manuel Sánchez, por haber aprobado las indemnizaciones millonarias que cobraron estos últimos al dejar la empresa en 2015 -11,4 y 4,4 millones, respectivamente-.
Igualmente, ni Javier Benjumea (hermano de Felipe, destituido del consejo en junio de 2016) ni Joaquín Fernández, director general, cobraron indemnización alguna tras cesar como consejeros ejecutivos de la sociedad (el primero, en junio de 2016, y el segundo en noviembre pasado cuando dejó de ser consejero delegado de Abengoa y pasó a ser sólo director general).
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