—Después de dos años y con el recuerdo de su victoria en 2007, ¿cómo llega al reto número uno de la temporada?
—Llego a este Tour con mucha motivación y ganas de ganar porque es la mejor carrera del mundo, una prueba especial que me cambió la vida y la he estado preparando todo el año, además de que no fui el año pasado y llevo dos temporadas con ganas de participar.
—¿Se encuentra al nivel de 2007, cuando ganó la carrera?
—He hecho la preparación que creía más idónea pensando en el Tour, no he tenido contratiempos y espero haber acertado. El trabajo realizado está encaminado para ganar. Hay diferencias con el 2007. Aquel año no pensaba en ganar, sino en lograr el maillot blanco del mejor joven. Ahora estoy físicamente bastante mejor y soy un corredor más sólido y con más experiencia. Pero este año no contaré con el factor sorpresa de hace dos años. Este año será nulo porque me van a controlar en todo momento.
—¿Le gusta el recorrido de esta edición?
—Hubiera cambiado algunas cosas, pero no hay problema porque seguro que me voy a adaptar. Echo de menos en la primera o la segunda semana un puerto más decisivo de los que hay, como lo fueron L'Aubisque o Plateau de Beille cuando gané en 2007, donde se pudieran sacar diferencias. Por el contrario, me gusta la crono inicial, el kilometraje de la más larga, que es una distancia relativamente buena para mi, y que la primera etapa de montaña no está demasiado lejos (la séptima).
—¿Le ha sorprendido algún puerto de los que ha estado supervisando en las últimas semanas?
—Hay una etapa que será muy dura, la que termina en Le Grand Bornand (17ª). Cuando la haces te das cuenta de lo exigente que es. Si la gente es valiente y pone un ritmo fuerte en el kilómetro 20 vamos a quedar cuatro.
—De equipo no se puede quejar: Leipheimer, Armstrong, Kloden, Popovych...
—Es un equipo muy fuerte, sin duda. De nombres, al menos es el mejor, y en montaña somos muchos para estar delante. Pero no podemos olvidar que hay otros equipos muy potentes como el Rabobank o el Saxo Bank.
—¿Se considera el jefe de los favoritos, tendrá muchos rivales que le discutan el triunfo?
—Creo que voy a tener rivales duros y les respeto mucho. La lista a priori es amplia, con Menchov, Evans, Carlos Sastre, Leipheimer, el propio Armstrong. Luego también veo con opciones a los hermanos Schleck, Gesink y Kreuziger. Estos corredores cualquier año dan el salto de calidad. Me considero un corredor más de esta lista, con opciones.
—¿En qué ha cambiado como corredor?
—En montaña soy igual o mejor que hace dos años porque puedo mantenerme más tiempo a la máxima potencia de esfuerzo, y en contrarreloj he mejorado mucho gracias a un intenso trabajo, de invertir muchas horas, con entrenamientos de persecución tras moto.
—Este progreso será importante porque el Tour ofrece tres contrarreloj.
—La contrarreloj por equipos será el cuarto día de carrera y es una etapa clave para los hombres de la general, igual que las otras dos. Por eso vamos a verla antes de viajar a Mónaco.
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