El escenario estaba cantado pero no fue hasta este lunes cuando Pedro Sánchez confirmó a través de las redes sociales que su primera parada en la búsqueda de los apoyos necesarios para recuperar la Secretaría General del PSOE le llevará hasta Dos Hermanas. Será el sábado, a las 12:00, en el salón de actos del Parque Tecnológico de la segunda localidad en población de Sevilla, sólo superada por la capital. La elección no es casual: Dos Hermanas es una especie de bastión del antisusanismo por influencia directa de su alcalde, Francisco Toscano, el también expresidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias enfrentado desde hace una década con el aparato oficial del socialismo andaluz en general y con su jefa de filas en particular.
Toscano es una de las pocas cabezas visibles del PSOE-A que ha declarado lealtad en público a las tesis del exsecretario general. De hecho se colocó frente a los micrófonos a finales de diciembre cuando 70 cuadros intermedios del partido animaron a Sánchez a que disipara ya las dudas sobre su futuro y diera el paso de recuperar el cetro perdido en octubre. Había tomodo también la palabra dos semanas antes en el acto que el sector crítico andaluz celebró en un hotel de Sevilla de la mano de Odón Elorza, Rocío de Frutos y Zaida Cantera, varios de los rostros del “no” a Mariano Rajoy en su investidura rompiendo la disciplina de voto que había impuesto Ferraz. Por si faltaran ingredientes, la agrupación local fue de las primeras en reclamar a la dirección un congreso extraordinario -solicitud que luego caería en saco roto- para acabar con el vacío de poder de la gestora. En Dos Hermanas, por tanto, Pedro Sánchez juega en casa.
Horas de diferencia
El equipo del exsecretario general se apresuró a anunciar que ya hay militantes fletando autobuses en Madrid, Jaén, Málaga y Granada para arroparle este sábado. Los críticos contarán de nuevo en tierras sevillanas con Elorza y en esta ocasión también con Luz Martínez Seijo, diputada por Palencia que secundó la rebelión contra la abstención. Y otro rostro conocido, el de Juan Antonio Pérez Tapias, uno de los oponentes a Sánchez en aquellas primarias que le auparon en 2004 al poder pero que ahora se alinea con sus tesis porque tampoco comulga con la doctrina oficial de la gestora.
El acto coincidirá con el de Susana Díaz en Alcalá de los Gazules, otro buen termómetro (esta vez en territorio amigo) para calibrar el poder de convocatoria de la presidenta. Los movimientos en el PSOE se suceden pese a que en la práctica ni Sánchez ni Díaz han confirmado aún que entran en la competición, como sí ha hecho Patxi López.
Lo que al PSOE andaluz le sorprende es la protesta que recibió a Susana Díaz en León el domingo. Lo reduce a “anécdota”, pero desliza que quizás no fuesen ni militantes porque “no es un comportamiento socialista”.