Si los andaluces fueran llamados hoy a las urnas para renovar el Parlamento autonómico (y como añadido el Gobierno regional) el PSOE lograría capear el temporal y resistiría como primera fuerza más votada. Eso sí, el Partido Popular le pisaría los talones y recortaría a mínimos la brecha de casi 9 puntos que abrió en marzo de 2015 Susana Díaz sobre su gran rival, Juanma Moreno. El resto de formaciones (Podemos, Ciudadanos e IU) repetirían posiciones en el Hospital de las Cinco Llagas y la gobernabilidad sería una incógnita porque la distribución de escaños obligaría más que nunca a apurar el juego de pactos y alianzas.
Ése es el escenario virtual que dibujó este miércoles el Egopa, el esperado Estudio General de Opinión Pública de Andalucía que por fin se publicó tras casi un año inédito y una polémica de especulaciones sobre el motivo por el que no vio la luz en verano. La versión oficial fue que no se podía interferir en unas elecciones generales aún por celebrar en junio, mientras que la oposición intuyó que un probable resultado desfavorable para el PSOE aconsejó entre bambalinas congelarlo.
Según las conclusiones del informe, elaboradas a partir de 3.200 encuestas realizadas entre noviembre y diciembre del pasado año, los resultados electorales sonreirían al PSOE, que obtendría un respaldo del 28,6%. Sonreír es un mero eufemismo, porque los socialistas caerían con estrépito respecto a las últimas autonómicas y se dejarían por el camino siete puntos por duplicado: los que casi le separarían del 35,43% de votos cosechado hace sólo dos años, frente al 28,6% de ahora, y casi los mismos que le recortaría el PP, que pasaría de perder la pista a un PSOE que le sacó entonces 8,67 puntos a tenerlo ya a tiro de 2,4. Los populares pueden presumir por dos razones: sólo pierden cinco décimas frente a 2015 y son el único partido que mejora resultados respecto al Egopa de 2016. Podemos volvería a ser tercera fuerza (17% de los votos), seguido de C’s (12,1%) e IU (5,7%). Los dos primeros calcan resultado frente al último estudio y es la coalición de Maíllo la que cae (2,3 puntos).
Botella media llena y medio vacía. El PSOE se abonó tras conocer el resultado a la teoría de “siempre pudo ser peor”. Sin líder nacional desde octubre, con el partido escindido entre oficialistas y críticos y una carrera por la sucesión aún por escribir, el veredicto del Egopa fue recibido incluso con un suspiro de satisfacción. “Hasta en el peor momento ganaríamos”, susurró Susana Díaz desde Madrid. El argumento no suena convicente porque el bastión socialista por excelencia puede estar virando de rumbo y a estas alturas ella necesita mejores noticias que ésa para cimentar su asalto a Ferraz. Y ojo a otra variable: el porcentaje de encuestados que cree que la gestión de la Junta es “bastante mala o muy mala” ha escalado hasta el 52%, casi el doble de los que opinan lo contrario (apenas el 21%). Con ese cóctel Juanma Moreno lo tenía claro: el Egopa invita a Díaz a “hacer las maletas” hacia Madrid.
Tampoco la más valorada
Más malas noticias para Susana Díaz: por primera vez ya no es la líder más valorada de la región, mérito que ahora se apunta Juan Marín, de C’s. A la presidenta la supera incluso Antonio Maíllo (IU). Teresa Rodríguez (Podemos) y Juanma Moreno (PP) cierran esa particular clasificación. Ninguno alcanza siquiera el 5.
A la presidenta le queda el único consuelo de ser la más conocida por el electorado (el 92%) y de que Javier Fernández, el presidente asturiano y de la gestora que es uno de sus grandes puntales, aparezca como el personaje nacional más apreciado.
La sanidad desplaza a la corrupción
Con 900.000 parados no es extraño que para el 83,8% de los andaluces su primera preocupación sea cómo encontrar un empleo. Le sigue en el orden de prioridades la educación (32,7%), pero hay un claro cambio de tendencia en el tercer escalón. Las protestas ciudadanas de los últimos meses han dejado huella y a los encuestados les inquieta ahora más el futuro de la sanidad (31,7%) que los casos de corrupción (28,7%).
