La Asociación Nuevo Futuro de Sevilla, que trabaja por dotar de una vida familiar a niños que por distintas razones se encuentran en situación de riesgo o exclusión social, presenta el cartel de su trigésimo Rastrillo solidario, que tendrá lugar entre el 8 y 11 de febrero en el Hotel Meliá de la ciudad.
A tan sólo un mes de su inauguración y de conocer las múltiples formas en las que podremos colaborar, desde la asociación han señalado que, como en las ediciones anteriores, la solidaridad presidirá cada puesto, espectáculo y actuación, pues lo recaudado irá dirigido a normalizar la vida de los pequeños con los que trabajan.
Y es que, por su largo recorrido, es uno de los actos benéficos más representativos de la ciudad. “Una iniciativa cargada de mucha vida, de mucho calor humano y de mucho futuro”, como señalaba Mercedes Camacho, jefa de Acción Social y Cooperación al Desarrollo de la Fundación Cajasol, donde se ha presentado el cartel que pondrá cara a esta edición.
Un cartel en el que aparece el rostro de un niño sonriente, entusiasmado y con el pelo alborotado. Rostro que, aunque en colores grises, refleja cariño, felicidad y, principalmente, una esperanzadora mirada hacia el futuro, hacia el gran camino que debe tener cualquier niño por recorrer. Ese era el objetivo de su autor, Antonio Agudo, dibujante de largo recorrido que, asegura, “eché los dientes de leche como grafista y dibujante en el taller de mi padre”.
“Quería mostrar un aspecto de verdadera ilusión por el futuro, la esperanza que tenemos todos en los niños, también en los de esta asociación”, explica Agudo. Y es que el cartel de esta edición presenta una curiosidad: el niño que mira hacia el futuro es su nieto pequeño, para él fiel reflejo de la esperanza y la ilusión.
Pues en esas premisas, como explicaba la vicepresidenta María Bonilla, se basa Nuevo Futuro, en “crear hogares donde los niños con los que trabajan puedan desarrollarse como personas mediante el juego, el aprendizaje como en una familia normal”.
Asociación
Desde Nuevo Futuro creen firmemente que "la vida familiar es indispensable para que todo niño pueda desarrollarse como ser humano", por eso llevan treinta años buscando que niños que viven en situción de exclusión social puedan gozar de un hogar.
Ahora creen que ha llegado el momento "de la regeneración", por eso han asegurado que éste será el último rastrillo del actual comité, creándose después uno nuevo que será puesto en marcha por Mónica Gutiérrez, miembro de la asociación.
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