Los franceses han sido maestros a la hora de vender sus derechos al mundo. La mayoría los han vendido bien, otros no tanto. A la vista del éxito mundial de “Liberté, Egalité, Fraternité” han ido ofreciendo a la humanidad hasta la canción de La Marsellesa como mensaje universal y hoy ¿quién no conoce algunos párrafos de su himno nacional? Leído con detenimiento es una letra que puede parecer cruel cuando habla de “ la sangre impura que empape los surcos” (de la tierra de labranza), pero si uno comprueba que fue prohibida por los nazis durante la ocupación la cosa cambia y la letra de su creador - Rouget de Lisle - se convierte en mito. En el lado negativo de los “derechos franceses” está la jornada laboral de 35 horas, instaurada por el actual presidente Hollande y los nuevos candidatos a la presidencia de la República anuncian que quitarán si resultan elegidos.
El 1 de enero de 2017 entró en vigor en Francia un nuevo derecho: El derecho a desconectar. Los trabajadores franceses de las empresas de más de 50 trabajadores tendrán que ser respetados en sus teléfonos y sus correos electrónicos etc… cuando terminan su jornada laboral y los fines de semana hasta el lunes a las siete de la mañana. Es una especificación de un derecho más amplio y anterior como es el derecho al descanso. Naturalmente en el fondo de la normativa subyace la implosión de las nuevas tecnologías, que pueden llevar al empleado a la esclavización si el empresario –público o privado- puede estar recabando la opinión o los servicios del empleado en cualquier momento del día o de la noche, como posibilitan los nuevos dispositivos electrónicos.
Si el matrimonio homosexual fue una innovación española, el derecho a la desconexión es una primicia francesa que, a todas luces, tiene la proyección necesaria como para hacerse paulatinamente universal. La salud y el bienestar de los trabajadores y sus familias obligan a que haya segmentos de horas y de días en que la desconexión sea una necesidad. ¿Qué pensarán de esta novedad los trabajadores autónomos obligados por la propia naturaleza de sus empleos a no despegarse de su trabajo? Sigue habiendo clases. Tampoco será de aplicación en las empresas de menos de 50 trabajadores. Las otras están obligadas al acuerdo con sus patronos.