La Consejería de Salud y Bienestar Social que dirigía por entonces María Jesús Montero alardeó en octubre de 2012 de que la fusión hospitalaria que estrenaría sólo unos meses después se traduciría en un recorte de hasta el 20% en el número de puestos directivos en los centros sanitarios y entes instrumentales del sistema público andaluz. Eso implicaría, además, un ahorro cercano a los 5 millones de euros. El Consejo de Gobierno dio el martes carpetazo en la práctica al polémico proyecto tras el aluvión de protestas ciudadanas en toda Andalucía con el nombramiento de un gerente diferenciado en Sevilla para los complejos hospitalarios Virgen Macarena y Virgen del Rocío, lo que acarrea que poco queda de aquel buen propósito de prescindir de hasta 71 altos cargos. Con el proyecto en clara vía de fracaso, la nómina del SAS volverá a engordar.
El grueso de aquella iniciativa hablaba de racionalización como gran mantra en toda sus vertientes, desde la reorganización interna de los centros hasta la supervisión de especializadas en común y a cargo de una sola cabeza visible. La evidencia de la gestión diaria lo ha tumbado y tambalea aquel augurio de hace sólo cuatro años que detallaba, literalmente, que “la iniciativa no implica cambios de ningún tipo para los usuarios ni en la propia red de centros, puesto que se limita únicamente a una reestructuración de las direcciones y de la organización administrativa”. Además apostillaba que “de hecho, conllevará importantes beneficios para los ciudadanos puesto que la agregación de gerencias vendrá a fomentar aún más la atención integral y la coordinación entre los profesionales de los distintos centros y niveles”.
La experiencia ha tirado por tierra aquel gran presagio por la presión de miles de manifestantes en las calles de Granada, Huelva o Málaga y el temor a que esa inesperada tormenta ciudadana erosionase la imagen de buena gestora de Susana Díaz, preocupada en proyectar al máximo sus logros en su ya decidida carrera hacia la Secretaría General del PSOE. El proyecto ha sido pues sacrificado.
El PP pide tumbar 16 unidades
El PP de Sevilla reclamó este miércoles al Gobierno andaluz que elimine las 16 Unidades de Gestión Clínica Intercentros creadas cuando se unificó la gerencia de los hospitales sevillanos Virgen del Rocío y Virgen Macarena. Confirmado este martes que ese plan se desmonta, los populares piden “un paso más en esa rectificación” y que se dé carpetazo también a la remodelación que se hizo en su día de las especialidades.