El Barrio de José Antonio, situado al lado de la Ermita de Santa Clara, era un barrio obrero más de El Puerto de Santa María con viviendas sencillas y ambiente tranquilo, donde la convivencia entre los vecinos era buena y los menores podían jugar en sus calles sin ningún problema. En los años 90 del siglo pasado y principio del actual, algunos vecinos mejoraron su situación económica y comenzaron a vender sus casas en José Antonio para mudarse a otras barriadas o urbanizaciones.
Este fenómeno coincidió en el tiempo con el derribo de las viviendas de la Ermita y el desplazamiento de sus habitantes hacía los barrios cercanos. Las mafias, dedicadas a la venta de drogas, comenzaron a buscar y a comprar pisos vacíos y baratos, en barrios sin mucha circulación y, a ser posible, cerrados sobre sí mismos. La Barriada de José Antonio era un lugar ideal para este negocio: varios bloques de viviendas, sin tráfico entre ellos y al lado de la carretera para poder salir rápido.
Se convirtió así este barrio obrero en el centro del negocio de venta de droga en El Puerto llegando a ser bautizado como el “supermercado de la droga”. A José Antonio venían a comprar drogas numerosos jóvenes de Cádiz y de otras poblaciones cercanas. Allí comenzaron las peleas, las puñaladas, las redadas, las detenciones etc. Un verdadero infierno que han tenido que soportar durante muchos años los vecinos que siguieron viviendo en el barrio.
¿Cuántos niños y niñas han tenido que pasar fines de semana sin poder bajar a la plazoleta, porque simplemente, la ley de la selva imperaba en su entorno, desprotegido y olvidado por todas las administraciones públicas? Frente a esta realidad se alzaron las vecinas de José Antonio. Tan digna era su lucha, que supieron desde un primer momento que el enemigo no era el drogadicto, sino la droga, que el problema no era el delincuente sino la delincuencia, que el problema no era el excluido, sino la exclusión, y que las causas de estos 3 graves problemas era la desigualdad creciente que asolaba nuestro país.
Como las autoridades no tomaban decisiones efectivas para erradicar el problema, un grupo de mujeres del barrio acudieron al Foro Social Portuense y con el apoyo de estos formaron el colectivo de Vecinas de José Antonio y comenzaron por visibilizar el problema llamando a distintas cadenas nacionales de televisión que grabaron y emitieron programas sobre el Barrio. Por otro lado, comenzaron a reunirse con las autoridades de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento pidiendo ayudas para arreglar los pisos que estaban degradándose a pasos agigantados. De los 96 pisos que había en el Barrio, 34 llegaron a vender drogas.
Sabemos que los guetos, los barrios ignorados, han sido un proyecto político en nuestro país. Para quienes mandan siempre fue más sencilla la respuesta policial, que nunca atacaba a las causas del problema, sino que se centraba en el menudeo y en las personas toxicómanas, en vez de una respuesta integral o radical, que ataque a las causas laborales, económicas, educativas, higiénicas, urbanísticas... que dan lugar a los problemas de exclusión. Por ello, las vecinas de José Antonio siempre apostaron por esta vía; por transformar su realidad y mejorar la vida de su entorno soñando con crear el Barrio de la Esperanza.
Cientos de reuniones han tenido que mantener estas luchadoras con instituciones locales y autonómicas, constantes denuncias en la prensa, frecuentes manifestaciones y concentraciones, pancartas, etc. Al final, la Junta de Andalucía, ante la situación ruinosa de muchos pisos, ofreció un acuerdo firmado con las vecinas para que pudieran trasladarse a las nuevas viviendas construidas en Santa Clara con ciertas condiciones.
El problema no está solucionado del todo, pero un grupo de familias han podido trasladarse ya a vivir a las viviendas nuevas de Santa Clara. Por este motivo, pedimos a la Corporación Municipal que reconozca el mérito de este grupo de mujeres que venciendo el miedo, durante 15 años han luchado con constancia y tesón por mejorar su barrio y, por tanto, también la ciudad en su conjunto, teniendo que enfrentarse a todo tipo de dificultades puestas por las mafias de las drogas y las autoridades. Pedimos que la Glorieta que se está construyendo al lado de lo que fue su barrio, lleve el nombre de: Glorieta de las Vecinas de José Antonio.
José Antonio Oliva Lara, portavoz del Grupo Municipal Levantemos El Puerto.
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