Rocío Bazo tiene 22 años y dos niñas pequeñas con las que vive en casa de su madre, Ana López, en uno de los pisos recién entregados por Suvipuerto en la avenida Menesteo. A él han llegado después de permanecer un tiempo en una vivienda situada en la plaza de toros, a donde fueron realojadas tras el derribo de la barriada de Emergencia.
En el piso, de tres habitaciones, conviven hasta once personas, una de ellas discapacitada, ya que Ana López y su marido, peón de albañil, tiene a su cargo otra nieta además de varios hijos, el menor de 17 años. La situación económica de la familia no es muy boyante, de ahí que haga un llamamiento para que su hija pueda optar a una de las casas de alquiler de Suvipuerto. Rocío no trabaja, como tampoco su pareja, de ahí que haya presentado toda la documentación que se le exige por parte de Suvipuerto para optar a un piso de alquiler.
Tras su revisión se le ha informado por parte de los técnicos que su puntuación es muy alta “y que nos darían la solicitada vivienda” aunque no tan rápido como ella quisiera. En su opinión se le está castigando por haber colgado varios carteles por la ciudad reclamando su derecho a una casa. Asegura que hay otras personas a las que se les entregan estando en mejor situación económica que ella e, inclusive, con otras propiedades en la ciudad. No está de acuerdo en la forma en que Suvipuerto está adjudicando las viviendas y se pregunta cómo procede la empresa a entregarlas y cómo conoce la situación de las familias a las que se les entrega.
Su madre Ana López ha intentado hablar con el concejal de Vivienda, Antonio Jesús Ruiz, aunque sin éxito y asegura que las respuestas dadas por los técnicos de Vivienda e inclusive por la asistenta social no han sido muy acertadas. Por ello se pregunta qué tiene que hacer para que sea escuchada su petición. “Mi hija se merece una vivienda, ¿qué quieren que nos hinquemos de rodillas para pedirla?”.
La versión de vivienda
La versión que ofrece el concejal de Vivienda es clara y es que hay una ordenanza municipal que debe seguirse para entregar una casa de alquiler. En este sentido, recuerda que Rocío Bazo pretendía seguir ocupando la vivienda en la que su madre estaba realojada cuando ocupase las nuevas de Menesteo. Y eso no puede permitirlo. “Es importante que se tenga claro que en Suvipuerto las viviendas no se heredan, ni se ceden de unos a otros”, señala el concejal, quien recuerda que las adjudicaciones se hacen conforme a la ordenanza municipal. Así, los demandantes deben solicitar una vivienda y aportar la documentación requerida para ser baremada, obtener una puntuación, y estar en lista de espera para poder ser beneficiarios.
En el caso de esta joven, afirma que ha solicitado vivienda hace tan sólo unos meses. Pero hay un listado de más de 300 demandantes “y muchos llevan años esperando, aunque en este caso no tiene mala puntuación, está en el quinto puesto”. Aún así, Ruiz deja claro que la lista de espera no es una foto fija, es decir, “que igual que ella ha entrado hace unos meses pasando por delante de muchas familias que no tienen tanta puntuación como ella, mañana puede solicitar vivienda una unidad familiar que tenga más problemas, que pase por una situación más difícil y que obtenga más puntos”. Por tanto, Rocío Bazo pasaría al sexto puesto.
Por último, el teniente de alcalde insiste en que Suvipuerto tiene las 350 viviendas a su disposición ocupadas, “y una lista de demandantes de más de 300”. Insiste, en este sentido, que hay que aceptar las reglas, en este caso, la ordenanza municipal, aprobada por unanimidad de todos los grupos y con participación de la coordinadora de vecinos.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es