En la capital la principal incertidumbre es quien pasará a ocupar el cargo del párroco José de Araujo en la Iglesia de la Divina Pastora y San Lorenzo, tras la jubilación del mismo.
Araujo explicó a este medio que está aprovechando al máximo estos últimos días como párroco. En este sentido, asegura que no le produce tristeza el cambio, “poque ya venía haciéndome a la idea y no será ningún trauma”. Es más, afirma que ahora comenzará una nueva etapa, que consistirá en otra forma de extender el Evangelio.
En cuanto a su nuevo cargo dentro de la Diócesis, Araujo no ha querido pronunciarse. Tampoco ha querido realizar ninguna valoración acerca de su posible sustituto, el padre Jesús García Cornejo, aunque está seguro de que el que venga “sabrá continuar con la labor que veníamos desarrollando”.
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