De los treinta y dos proyectos presentados para desarrollar parques eólicos marinos en España, ocho pretenden instalarse frente al Cabo de Trafalgar con una inversión que supera los cuatro mil millones de euros. La empresa pionera y la que instó al Gobierno a crear una normativa para poder instalarse en aguas de Trafalgar fue Energía Hidroeléctrica de Navarra con el proyecto 'Mar de Trafalgar' bajo el brazo. Esto ocurrió hace más de siete años. Tras la absorción de esta empresa a manos de Acciona, el proyecto está en manos de la Agrupación Mar de Trafalgar, consorcio integrado por la propia Acciona, INR, Cupimar y AGE. El proyecto prevé instalar 278 molinos a una distancia de entre 12 y 25 kilómetros de Trafalgar con una potencia de 1.000 megavatios. Los promotores de esta iniciativa son los que más se han molestado en convencer a los ayuntamientos de Barbate, Vejer y Conil, y a sus respectivas poblaciones bajo la promesa de inversiones y creación de empleo.
Tras Acciona, en la zona del Cabo de Trafalgar también pretenden instalarse: Capital Energy (uno de sus proyectos se centra en Chiclana con 13 aerogeneradores y 140 megavatios de potencia); Endesa-Elecnor que plantea 100 molinos en Trafalgar a 15 kilómetros de la costa a través del recién creado Consorcio Eólico Marino 'Cabo de Trafalgar' con una potencia instalada de 250 megavatios; e Iberdrola, que tiene dos proyectos: Costa de la Luz y Banco de Trafalgar. Cada uno de ellos tendría una potencia de 498 megavatios y 83 molinos, respectivamente.
Todos estos proyectos, a través de la presión que ejercen las empresas promotoras, aguardan a que las condiciones comiencen a despejarse, aunque dada la oposición vecinal en Barbate, Conil y Vejer, desde hace meses comienzan a mirar a Chipiona.