Andalucía

Pedro Sánchez pescará en las aguas revueltas del PSOE-A

Tratará de canalizar la rebelión en las agrupaciones que no aceptaron la abstención. Podría presentar su proyecto en Andalucía esta misma semana

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  • Díaz y Sánchez en campaña -

Pedro Sánchez quiere medir sus posibilidades de resurrección política en Andalucía. Líder caído, dimitido por duplicado (en Ferraz y en la Carrera de San Jerónimo) y reinventado el sábado como “militante de base”, ha puesto sus ojos en el feudo de Susana Díaz porque intuye en él una plataforma estratégica para arañar apoyos hacia el que sería segundo asalto a la Secretaría General del PSOE. “La batalla se va a librar en buena medida aquí”, augura a Viva uno de sus más fieles colaboradores en Andalucía. La clave la aportan los movimientos en las agrupaciones locales, a cuentagotas pero ruidosos, que en las últimas semanas han aireado una rotunda negativa a la abstención que finalmente convirtió en presidente a Rajoy. Puede que el caladero sea escaso, pero hay donde pescar. 

Los contactos ya se han producido. Los partidarios de Sánchez (u oponentes a Díaz, interprétese a gusto) son conscientes de que necesitan ganar adeptos robándoselos al todopoderoso aparato oficial de San Vicente porque la herida que generó la operación de acoso y derribo al por entonces inquilino de Ferraz sangra más que nunca. Las escaramuzas en las redes sociales, ya sin caretas, evidencian la fractura del partido también al sur. El descontento ya no es sólo por no comulgar con las operaciones subterráneas para descabalgar a Sánchez en las que el PSOE andaluz jugó un papel determinante, sino por la “humillación” que reconocen haber experimentado militantes de base al contemplar cómo sus diputados abrían al PP las puertas de la Moncloa.

Pedro Sánchez sabe que su fuerza anida en Cataluña o en el País Vasco, incluso en Valencia, pero quiere dar guerra en Andalucía. Tanto que su entorno confirma que podría dejarse ver por aquí esta misma semana para desgranar parte de ese proyecto alternativo con el que aspira a reconstruir el PSOE. El ya famoso coche con el que pretende recorrer desde hoy España aparcará en breve bajo Despeñaperros. Trata así de impulsar lo que uno de sus colaboradores define a este medio como “inicio del reclutamiento” de descontentos. Sabe que pisa territorio enemigo y que la dirección regional le recibirá con la mayor de las indiferencias. “Ya no es secretario general, no tienen por qué sacar alfombras... Tampoco es que lo hicieran antes”, confiesa una de sus antiguas asesoras. 

El tuit de la discordia

En su particular mapa de carreteras habrá paradas para repostar en Almería, Málaga o Cádiz, donde se han escuchado sonoras discrepancias en las agrupaciones locales sobre la abstención y se ha exigido que el congreso federal se celebre cuanto antes. Fuengirola, Jerez, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra... Y sin olvidar al alcalde de Jun y sus miles de firmas. En  la balanza del PSOE andaluz las disensiones son minoría, pero desmontan la  teoría oficial de que el socialismo andaluz es un bloque inquebrantable. En la batalla mediática ha provocado especial revuelo, por ejemplo, un mensaje que Fernando López Gil, delegado de la Junta en Cádiz, escribió el sábado a las 17:26. “Lo lamento pero has sido muy mal secretario general y candidato. Gracias por tu renuncia!”, deslizó tras  la renuncia de Sánchez. Minutos después, el tuit desapareció.

El periplo del exsecretario general por Andalucía tiene además un objetivo adicional: demostrarle a Susana Díaz que su reino no es intocable y que si de una vez decide asaltar el poder en Madrid no será precisamente por aclamación, como siempre ha soñado. La batalla se la daría aquél a quien ella aupó y, paradojas, luego derribó.

De Normandía a París, ironía del PP

El presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, tiró este domingo de manual de Historia para recomendar a Susana Díaz que “mida fuerzas” antes de “asaltar” Ferraz. “Los que desembarcan en Normandía no desfilan en París”, le recordó. Traducido: ser artífice de la caída de Sánchez no la convierte en secretaria general. La cita original la pronunció hace años Esteban González Pons cuando se le preguntó si se veía como ministro.

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