Un año más, el Foro Social Portuense, ante el 17 de octubre, Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza, hacemos llegar a la opinión pública nuestra reflexión sobre este tema cada vez más indignante.
Cuando en 1992 se declaró esta fecha por parte de las Naciones Unidas, haciéndose eco de las iniciativas de la sociedad civil, sobre todo francesa, el objetivo eran las poblaciones de los países en vías de desarrollo.
Pero la crisis económica y financiera que en 2008 asoló a todos los estados capitalistas, ha hecho que este lacra de la pobreza extrema alcance de lleno nuestros pueblos y ciudades, también en el privilegiado «primer» mundo.
Seguimos recordando que en España 700.000 hogares no cuentan con ingreso alguno y, en la provincia de Cádiz, 297.000 personas están en riesgo de exclusión social. O cada día, en el mundo, 30.000 niños de menos de 5 años mueren de enfermedades que hubieran podido ser evitadas.
Son cifras y números, pero detrás se encuentra un rostro humano y una vida difícil de llevar y la mayoría de las veces son personas dependientes, mujeres y niños los más afectados.
¿Cómo hemos llegado a esta situación? El afán de ganancia sin límite y la sed de poder han ido alimentando a este caballo salvaje, el neoliberalismo, que al igual que el de Atila, allí donde pone su pezuña, no vuelve a crecer la hierba.
La avaricia desmedida inventó el mercado absolutamente libre, sin regulaciones que salvaguardaran los derechos adquiridos, con el fin de ir acumulando riqueza en pocas manos a través de una feroz competitividad, donde solamente sobreviven los más fuertes.
Además, puso en juego una economía financiera especulativa que, mediante las nuevas tecnologías, ha borrado las fronteras en el mundo convirtiéndolo en un enorme casino. Las grandes multinacionales, por su parte, han presionado y corrompido a muchos políticos y gobiernos que han puesto en sus manos la posibilidad de negociar con las necesidades básicas de la población: salud, educación, vivienda, agua…
Para rematar la jugada, los gobiernos vendidos al poder económico han impuesto unas reformas laborales que recortan esencialmente los salarios y precarizan las condiciones de trabajo (llegando a la semiesclavitud), permitiendo aumentar los beneficios y consiguiendo el inédito resultado de que muchas personas alcanzan a tener trabajo ¡pero siguen siendo pobres!
El problema de la pobreza no es causado por la escasez de recursos, pues con solo unos cuantos de esos «juguetes» bélicos que han inventado para matar o con las fortunas de unos cuantos ladrones de guante blanco o las mareantes cifras con las que se han rescatado a los bancos, sería suficiente para acabar varios cientos de veces con la pobreza en el mundo.
El problema consiste en que esos abundantes recursos están injustamente acaparados por pocas manos y los grandes medios de comunicación han lavado nuestros cerebros hasta el punto de considerar normal esta sociedad tan desigual.
¿Cómo podemos enfrentar esta situación? Saliendo hombres y mujeres de nuestras casas para exigir unidos un trabajo digno para todos y todas y, si esto no es posible, una cobertura social o una Renta Básica que nos permita vivir dignamente; una reforma fiscal progresiva, la imposición de tasas a las transacciones financieras especulativas y el no pago de la deuda ilegítima. A largo plazo, tenemos que cambiar este modelo económico y social injusto por otro que ponga en el centro a las personas y sea respetuoso con el medio ambiente.
Desde el Foro Social queremos concretar este año nuestra apuesta contra la pobreza apoyando la lucha que en estos días se está desarrollando contra los tratados de «libre» comercio TTIP y CETA que, si se aprobaran finalmente, acabarían con nuestra agricultura y ganadería, nuestras denominaciones de origen, nuestra calidad de vida y nuestro medio ambiente, etc, y todo ello en nombre nuevamente de la «libertad» de mercado para seguir enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza extrema a mayores sectores de la población.
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