En terreno donado por aquella ilustre dama que fue doña María Barabino se levanta en Torremolinos, hoy junto a la plaza de Pablo Ruiz Picasso, la iglesia Madre del Buen Consejo. Es obra del arquitecto don Juan Cachón, que la concibió en estilo conocido como mediterráneo ibicenco o relax. Aunque el proyecto fue realizado en 1965, el mismo año en que el obispo auxiliar de Málaga D. Emilio Benavent Escuin pusiera la primera piedra, no se inauguraría el templo hasta el 24 de Agosto de 1974, consagrado por el obispo titular de Málaga D. Ramón Buxarrais Ventura. Durante la construcción se celebraron en su cripta las primeras misas, en 1968.
Fue su primer párroco don José Sánchez Escaño, popularmente conocido como el ‘cura Pepe’, quien asimismo oficiaba la misa de la Romería de San Miguel al aire libre. Le sucedió en el cargo don Florencio Aguilar Ramos, sacerdote muy querido y que caló hondo entre las gentes del pueblo. Su muerte fue profundamente sentida por los feligreses. Posteriormente la parroquia fue atendida por D. Ángel Antonio Chacón López y más tarde por D. José Luis Bellón Márquez, quien remodeló sin consentimiento popular parte de la fachada del templo. En la actualidad rige la parroquia D. Rafael Pérez Pallarés, persona de gran cultura y vocación y delegado diocesano de medios de comunicación en Málaga.
A día de hoy, restaurada su fachada y ornado su frontispicio con el nombre de ‘Madre del Buen Consejo’, todo ello bajo la dirección de su diseñador, D. Juan Cachón, el templo luce sus originales galas arquitectónicas. Las grandes oquedades exteriores presentan ahora unas artísticas rejas que dejan ver el vestíbulo desde afuera. Dotado el templo de una capilla especial para personas con discapacidad auditiva o de movilidad, un jardín vertical embellece su interior.
La iglesia Madre del Buen Consejo es asimismo sede canónica de las Cofradías Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, y Jesús a Su Entrada en Jerusalén (la Pollinica) y Santa María Reina de la Paz. La Semana Santa torremolinense esplende en buena parte gracias a los más de cien cofrades que portan los correspondientes tronos que se custodian en esta iglesia parroquial.
Como nota simpática y curiosa y como colofón, del libro ‘Málaga me quema dentro’ seleccionamos a propósito el soneto dedicado a la iglesia Madre del Buen Consejo de Torremolinos. Rezan así sus versos:
‘De sencilla estructura arquitectónica, / consolidado por devota raza, / da gloria el templo a la inmediata plaza / que de los tiempos es la nueva tónica. / Engrandece su dimensión armónica / el gran recinto que a la iglesia abraza / y que destinos de la gente traza / al coincidir en actitud sincrónica. / De donosa y afable anatomía, / se alza en su cúspide la cruz airosa / que a los cielos apunta en su ufanía. / La voz de las campanas, poderosa, / llama al recogimiento cada día / y se apacigua el alma tormentosa’.
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