Feijoo y Urkullu van a seguir gobernando en Galicia y Pais Vasco. Han sido la excepción a la regla general del desgaste de los que gobiernan, los desgastados han sido los de la oposición. La izquierda dividida en tres bloques electorales en Galicia se va a quedar con las ganas de conformar una cacareada alternativa que tendrá que esperar cuatro años y eso hará que el hijo que va a tener la mujer de Feijoo nazca con su padre de presidente de la Xunta. El Partido Nacionalista Vasco no consigue mayoría absoluta pero va a poder gobernar con comodidad más que sobrada pudiendo elegir un socio fijo o alternar sus apoyos para según los proyectos que necesite, en cada caso. Se verá qué opción escoge.
En el fondo de la victoria de Feijoo está naturalmente Rajoy. Sale reforzado en una comunidad que es la que los electores dan la confianza más continuada al PP, con intervalos de gobiernos socialistas. La sombra de Fraga todavía continúa en el bosque encantado de Galicia. También alienta sus deseos de ser investido presidente. En el trasfondo del retroceso socialista está Sánchez y un partido que responde a ese nombre a la perfección: partido. La división socialista o termina o acaba con unas siglas centenarias. El espectáculo dado por los tan mal llamados barones durante la campaña electoral hace que el voto a los socialistas haya sido sencillamente heroico. ¿Cómo le quedan votantes a un partido que despotrica cada día de su secretario general y en el que la secretaria general de la federación más importante está de gira tratando de relevarlo durante la campaña y hasta en la misma jornada de reflexión? Sólo los barones le tienen más inquina que la derecha.
Podemos se ha presentado con otras siglas y con otros grupos que le han quitado el protagonismo en Galicia. La antigua izquierda , ahora convertida en Mareas , ha integrado en sus filas a miembros de la formación de Iglesias, pero no es la formación de Iglesias. En el País Vasco el 29 % de las generales ha bajado a la mitad. Tampoco están para tirar cohetes.
Ciudadanos desaparece de la escena. La concentración del voto en el PP ha funcionado en Galicia y el rechazo al cupo vasco imposibilita que obtengan nunca resultados aceptables. Bildu no deja su segundo lugar en Euzkadi. La complejidad de España no es fácil de desentrañar.
