Jornada histórica oficialmente

La presencia del Parlamento de Andalucía en el Real Teatro de las Cortes se puede considerar, porque lo es, una jornada histórica y llena de la solemnidad...

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La presencia del Parlamento de Andalucía en el Real Teatro de las Cortes se puede considerar, porque lo es, una jornada histórica y llena de la solemnidad que requiere, tanto por la Institución en sí como por el lugar en el que se desarrolló y su contenido en la historia del constitucionalismo. Hasta ahí, nada que objetar. El problema llega cuando una jornada de este calibre, que debería de haber sido una ocasión para la participación masiva de la ciudadanía, se queda en un simple acto protocolario sin el apoyo de un público que es el que justifica las grandes ocasiones, máxime cuando se trata de un acto enmarcado en los hechos históricos que tuvieron lugar en La Isla de 1810 y en los que el pueblo fue el verdadero protagonista. Independientemente de que se decidiera suprimir algunos de los actos que hubieran posibilitado ese acercamiento a la ciudadanía, el problema principal es que la propia presencia del Parlamento estaba fuera de tiempo. Y punto.

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