Más del 80% de las marismas de Doñana se ha perdido desde principios del siglo XX debido a una reducción similar del agua que llegaba a ella respecto a sus niveles naturales y a que los aportes de agua que quedan son "de baja calidad y altamente contaminados", lo que está causando daños.
Así se desprende del último informe realizado por la organización WWF, "Salvemos Doñana, del peligro a la prosperidad", consultado por Efe, en el que se pone de manifiesto cómo la agricultura intensiva está liberando plaguicidas y fertilizantes que contaminan el acuífero 47 y el agua superficial, algo que ha provocado "un aumento en los niveles de fosfatos y nitratos en la marisma, sobre todo en los últimos cinco años".
Como resultado de los nutrientes adicionales en el agua, se han producido "grandes brotes de helechos invasores y dañinos en el humedal" y además ha habido una disminución de ciertas especies de aves que se reproducían en Doñana, como la cerceta pardilla, y siete de cada diez especies de libélulas y de caballitos del diablo que figuran en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN han desaparecido del espacio.
Según el informe "el cambio en los aportes de agua ha reducido la diversidad biológica, ha secado lagunas -más del 90 % de las estacionales poco profundas- y ha provocado alteraciones negativas del valor natural de Doñana".
La organización también ha indicado que existen unos 1.000 pozos ilegales y 3.000 hectáreas de cultivos ilegales en la zona, a pesar de la ordenación, que siguen secando el acuífero del que depende Doñana para sobrevivir, "afectando gravemente a sus valores naturales".
Además ha añadido que la Comisión Europea ha abierto un proceso de infracción contra el Gobierno español -a instancias de una denuncia de WWF- por la mala gestión del agua en Doñana, que podría llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea si no se toman las acciones necesarias con urgencia.
