Imagine que el gasto principal de su empresa fuera la compra de materia prima (en este caso, petróleo) y calcule el efecto que pudo tener en su cuenta de resultados la caída del precio del crudo al entorno de los 40 dólares por barril desde el entorno de los 100-110 dólares. Si controla el resto de costes y traslada sólo parte de esa bajada de su materia prima al producto final, logrará un jugoso aumento de los beneficios.
Pues justamente eso es lo que han hecho las 30 empresas industriales agrupadas en las aglomeraciones de Huelva y Campo de Gibraltar, en las patronales Aiqbe y AGI respectivamente. Y han conseguido prácticamente duplicar sus resultados netos de 2015 (resultado neto de explotación, antes de impuestos).
Las empresas de Huelva han ganado 1.272 millones, un 88% más; y las de Campo de Gibraltar, un 92% más, hasta 776 millones. En ambas aglomeraciones tiene un peso determinantes Cepsa, que tiene sendas refinerías que aportan prácticamente dos tercios de la actividad en cada uno de los complejos.
Precisamente la recuperación de la rentabilidad de las instalaciones que componen el corazón de la industria pesada de Andalucía fue señalada insistentemente como factor clave de sostenibilidad a futuro durante los años de la crisis. Ahora, los recortes en todos los gastos (incluidos de personal) y el desplome del crudo han permitido estos datos espectaculares.
Producción
Ahora cabe preguntarse si los resultados de este año podrán mantener estos espectaculares crecimientos, teniendo en cuenta que el crudo ha recuperado parte de su valor.
La otra cara de la moneda de este descenso del petróleo -y de rebote de otras materias primas como el cobre y otros suministros- es que también los productos que salen de estas plantas valen menos en el mercado. Por ello, el valor de la producción conjunta de ambos complejos ascendió a 18.269 millones, un 22,6% menos. Un descenso, en cualquier caso, mucho menor que el porcentaje en que cayó el precio del crudo, por ejemplo, en más de un 70% según el momento del año. Y una caída en la que también influye otra variable, en este caso sólo para Aiqbe: el cierre de la planta de producción de pasta de papel de Ence que reduce en 120 millones el valor de lo producido y que correspondía a esta instalación.
Otra variable clave es el empleo que mantienen las 27 factorías, que prácticamente se ha mantenido igual en términos comparables. El directo asociado a las compañías calca la cifra de 2014 a 2015 en el caso de AGI: 4.519 personas. En el caso de Aiqbe, el descenso se debe en exclusiva al cierre de Ence, que supuso 294 despidos. Con ello, la cifra de contratados directos se sitúa en 2.345.
Incluyendo los empleados de empresas subcontratistas que trabajan habitualmente en las plantas, en la zona de Algeciras suman 4.131 personas, un alza del 9% respecto a 2014. En Huelva ocurre lo contrario y se confirma la tendencia descendente en el número de trabajadores auxiliares, que se sitúan en sólo 659, la cifra más baja desde 2008. En ese año eran 3.536, casi igual que la cifra de empleados directos en las propias fábricas. Ello da una idea de la reducción de los costes de personal acometido en el polo onubense durante los años de crisis pero también en los dos últimos.
En la tendencia en que ambos polos industriales también coinciden es en el crecimiento de las inversiones durante 2015. En el Campo de Gibraltar lo hicieron en un 4,5% hasta 197 millones. La patronal resalta que, en los diez últimos años, los desembolsos para modernizar instalaciones, protección ambiental, seguridad laboral e I+D+i ascienden a 2.660 millones.
Aiqbe retrocede más en el tiempo, y hace balance de las dos últimas décadas, plazo en el que las inversiones en esos mismos conceptos en las empresas de Huelva han sumado 5.450 millones. El pasado año, prácticamente se duplicaron respecto a 2014 hasta llegar a 150 millones. Esta es la cifra más alta desde 2010.
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