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Hay que evitar los riesgos

Publicado: 12/07/2016
La caída de parte de la fachada de un edificio en pleno centro de Huelva que había pasado la revisión siembra una serie de incógnitas
El derrumbe de un trozo de fachada en un edificio del centro de la capital onubense, que cayó en cascotes de considerables dimensiones sobre los veladores de una heladería, aunque no ha causado desgracias personales afortunadamente, sí ha dejado unas cuantas incógnitas que tienen difícil explicación en una capital del siglo XXI. Aunque es cierto que un suceso de estas características tiene siempre ciertas dosis de imprevisibilidad, no caben excusas ni justificaciones infundadas, ya que resulta del todo incomprensible que en una ciudad que tiene aprobada una normativa que recoge la revisión periódica de carácter técnico de sus edificios y que traslada a los propietarios de los mismos la necesidad de que cumplan con las condiciones de mantenimientos mínimas e indispensables que sirvan para mantener la seguridad de todas y todos, se produzca un suceso como el vivido el pasado domingo y que trajo una justificada alarma y una sensación de que podía haber sido muchísimo peor. A partir de ahí, hay que mirar al presente y al futuro, y exigir que los mecanismos de control y de revisión y solución de los problemas que se puedan dar en los diferentes espacios de los edificios que están en contacto con las personas, se cumplan de manera escrupulosa, que se revise a fondo todo, se exija lo que hay que exigir, se premie al que cumple y se sancione al que no lo haga, con el fin de que no tengamos que llegar a lamentar una desgracia mayor que la última ocurrida.

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