Una anciana de 82 años permanece ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Jerez tras resultar herida por inhalar humo en el grave incendio que arrasó con toda su vivienda en la madrugada de ayer. El fuego, además, acabó desalojando a una treintena de vecinos del bloque 9 de la Plaza de Ubrique, en La Granja. Su estado, pese a estar en la UCI, es “estable”, como precisaron fuentes de la Delegación territorial de Salud de Cádiz, aunque “habrá que esperar evolución”, teniendo en cuenta la edad avanzada de la víctima. Para ella y para el resto de las familias del edificio afectado fue una noche muy larga, después de que alertados por las llamas tuvieran que abandonar sus viviendas pasadas las cuatro de la mañana.
A esa hora, los bomberos se dirigían hasta la barriada después de que los vecinos les avisaran a ellos y a la Policía Local. José Antonio, que vive en la cuarta planta, la misma de la casa donde se originó el incendio, llamó al 092 a las 04.05 horas. Fue la propia anciana la que empezó a “aporrear” la puerta de otro vecino de puerta “y ya luego llamaron a la mía”, relató.
Nada más abrir, el humo entró de lleno en su vivienda y él y su mujer se fueron prácticamente con lo puesto escaleras abajo. Los dos bajaron a la señora mayor por las escaleras, mientras otra familia de la planta con un bebé de seis meses y otro menor hacían lo mismo, llamando a las puertas a medida que bajaban. “Ella (por la mujer mayor), lo que hacía era gritar y decir Dios mío, Dios mío. Menos mal que se dio cuenta del fuego y salió, porque sino no lo cuenta, y eso que se llevó un tiempo para abrir porque ella suele echar muchas llaves”, explicaba a este periódico.
Él es una de las tres familias que de momento no podrá volver a su vivienda. El resto de los vecinos pudo hacerlo a las nueve. “Nos dejaron entrar para coger lo más personal, pero no nos podemos quedar”, apuntaba.
Hasta el lugar de los hechos, además de bomberos, se desplazaron efectivos del 091, servicios sanitarios y Policía Local. Cuando los bomberos llegaron al bloque, accedieron por la escalera, encontrándose con el fuego saliendo por la puerta de la casa afectada “y totalmente en llamas”.
Equipados con cámara térmica, tuvieron que usar un turboventilador para revocar la dirección de las llamas y poder acceder al interior y avanzar en la extinción, ya que tenían el viento en contra, siendo necesario utilizar más de 1.000 litros de agua. El fuego quemó las puertas de las otras tres viviendas que ocupan la planta, mientras que el calor también afectó a revestimientos de paredes y techos de el hueco de escalera de la planta. Ya dentro de la casa, accedieron por equipos mientras el resto del operativo apagaba y refrescaba la zona de escalera. Una vez extinguido, se procedió a ventilar e inspeccionar las zonas afectadas y se decidió precintar la última planta.
Ayer en este popular barrio nadie hablaba de otra cosa. “Están todos revolucionados”, comentaba un señor, y como suele ocurrir en estos casos, se especulaba con las causas del incendio. Aunque desde Bomberos se aseguraba oficialmente que “se desconocen las causas” y la Policía Científica se desplazó hasta la zona, entre los vecinos comentaban que se trataba de un cortocircuito motivado por problemas en la instalación eléctrica. El propio delegado de Urbanismo, Francisco Camas, alimentó más esta cuestión cuando en declaraciones a los medios llegó a decir que el fuego podría haber sido motivado por “una no muy buena gestión eléctrica de un empleado que realizó en el día de ayer” (por el martes), al que habría recurrido esta señora.
Los técnicos de Urbanismo decidieron ayer mantener el desalojo de tres viviendas de la cuarta planta desalojadas -incluyendo la siniestrada- y descartaron daños estructurales en el edificio, aunque en el salón de esta última se han colocado puntales de forma preventiv
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