Un total de 128 piezas arqueológicas que iban a ser vendidas ilegalmente en Internet han sido intervenidas por la Guardia Civil en una operación en la que han resultado implicadas diez personas por los presuntos delitos de apropiación indebida de material procedente de yacimientos y de estafa.
La investigación comenzó el pasado noviembre, cuando se detectó en las provincias de Málaga, Granada y Cádiz la existencia de anuncios a través de Internet en los que se vendía diverso material arqueológico, ha informado hoy la Guardia Civil en un comunicado.
Una vez identificadas las personas implicadas, se pudo determinar que algunas de las piezas intervenidas procedían de expolios en yacimientos arqueológicos inventariados previamente por la Administración y que, en otros casos, las piezas arqueológicas que comercializaban no tenían ningún valor histórico al no corresponder con la época que publicitaban.
Asimismo, un informe del Museo Nacional de Antropología de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y Archivos y Bibliotecas confirmó que una cabeza reducida de jíbaro intervenida era falsa, y que se trataba de una fiel reproducción realizada con piel animal.
Dicha cabeza se estaba anunciando por un precio de 4.980 euros, y se aseguraba que procedía directamente del Amazonas y que se trataba de una pieza original.
Respecto al material arqueológico subacuático recuperado, su valor histórico es muy superior al económico, según la Guardia Civil, que ha recordado que al expoliar un pecio se pierde la información histórica que el yacimiento contenía
Se han intervenido un ánfora romana del siglo IV, una botija naval del siglo XVI al XVIII, un vaso posiblemente del Neolítico decorado con incisiones, 68 monedas de distintas épocas, una tinaja del siglo XVI o XVII que se vendía como romana, la citada cabeza de jíbaro falsa y fragmentos de cerámicas posiblemente romanas, entre otras piezas.
Las cabezas típicas del Amazonas eran realizadas por algunos de los grupos conocidos popularmente como jíbaros (shuar, achuar, shiwiar, aguaruna y huambisa) que habitaban en la región amazónica de Ecuador y Perú.
El interés de los occidentales por las cabezas reducidas fue tal que provocó un considerable aumento de "tsantsas" (cabezas humanas) que eran vendidas por las tribus para así obtener armas de fuego, especialmente desde finales del siglo XIX hasta 1920.
Este comercio se ilegalizó en el siglo XX y se prohibió la venta tanto en Perú como en Ecuador, lo que provocó una alta demanda por parte de coleccionistas y museos de todo el mundo, y como consecuencia de esta demanda se empezaron a vender imitaciones.
La Guardia Civil ha recordado que la normativa sobre patrimonio histórico prohíbe expresamente, sin la debida autorización, la búsqueda de restos arqueológicos, y que si estos son hallados de forma casual deben ser entregados inmediatamente a la Administración.
Una vez recuperadas las piezas han sido trasladadas al Museo de Málaga para su custodia y conservación, y serán analizadas en profundidad por técnicos de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía.