La Asociación Cultural Regreso con Honor, que ha realizado estudios arqueológicos en Alfacar (Granada) en la zona en la que podría estar enterrado Federico García Lorca, ultima el informe para pedir formalmente a la Junta de Andalucía la exhumación de los restos del maestro republicano Dióscoro Galindo, asesinado junto al poeta y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
Para ello, cuenta con el respaldo de la propia familia Galindo, y de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en calidad de "familia política" de Arcollas y Galadí. Fue hace unas semanas cuando una de las nietas del maestro practicó en el laboratorio Labgenetics, en Madrid, la recogida de muestras de ADN, para cotejarlas con los posibles restos óseos que se encontraran en las tareas que pretende realizar la asociación, que coordinará el arqueólogo Javier Navarro, y que impulsa junto al investigador Miguel Caballero.
Navarro ha explicado a Europa Press que, en el caso de que la Junta les denegara el permiso, serán los familiares los que tengan que tomar una decisión. "Si deciden ir por la vía judicial, les apoyaremos", ha mantenido el arqueólogo, que sin embargo confía en que eso no sea necesario. Sí ha recordado que existen precedentes, como el caso de los hermanos anarquistas Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás, fusilados en 1936 en Calatayud (Zaragoza) y cuya exhumación del Valle de los Caídos ha sido recientemente autorizada por un juzgado.
La asociación ya ha recopilado toda la información documental de la que dispone sobre Dióscoro Galindo, y está concluyendo el informe que volverá a presentar ante la Junta para reanudar su investigación y llevar a cabo el procedimiento acorde al protocolo de exhumaciones andaluz y la Ley de Memoria Histórica, una excavación que "sería deseable que fuese en verano", por las horas de luz y las condiciones meteorológicas de esa época.
De todas formas, una vez que el equipo recibiese el visto bueno de la Dirección General de Memoria Democrática, los especialistas ajustarían su calendario para ponerse en marcha. Según Miguel Caballero, la asociación no va a pedir subvención pública alguna y afrontará los trabajos con fondos propios.
Así, y una vez que cuenta con el apoyo de la familia Galindo --de una de las nietas biológicas y de la hija adoptiva del hijo del maestro, Nieves García Catalán-- y de la CNT, Regreso con Honor espera el aval de la Junta pero, si ésta no contestara a su solicitud, no descarta tomar medidas judiciales, puesto que entiende que con el beneplácito de una de las familias de las víctimas cuentan con la legitimidad suficiente para iniciar los sondeos que puedan dar con el paradero de la fosa, en el paraje del Peñón del Colorado, antiguo campo de instrucción de las tropas de Falange.
Además, según el investigador lorquiano, autor del libro 'Las trece últimas horas en la vida de García Lorca', el equipo quiere ponerse en contacto también con el nieto de Francisco Galadí --Arcollas no dejó descendencia-- que ya en 2009 --cuando se realizó la exhumación fallida de la fosa en el parque García Lorca de Alfacar-- reclamó, junto a García Catalán, los restos de su abuelo.
La intervención prevista, que se producirá después de la impulsada en un primer momento por la Junta de Andalucía, emprenderá así una segunda fase sufragada por la asociación, de modo que los expertos puedan finalizar la investigación que comenzaron hace dos años sin que suponga ningún coste adicional.
El proyecto de intervención, con un coste aproximado de 36.000 euros, será el mismo que se presentó en su día a la Junta cuando se intervino en la zona por encargo de la Dirección General de Memoria Democrática --entonces en manos de IU--; por lo que desde el punto de vista técnico no habría ninguna variación.
TRES POSIBLES FOSAS
El equipo trabajó desde finales de noviembre de 2014 hasta febrero de 2015 en un enclave ubicado frente al cortijo de Los Llanos de Corvera, conocido también como cortijo 'Gazpacho' o 'Pepino', a unos 500 metros del Barranco de Víznar, y a unos 800 metros del parque Federico García Lorca, donde la Junta de Andalucía ya lideró en 2009 otro proyecto para la búsqueda de fosas que acabó sin el hallazgo de evidencias de enterramiento alguno o esquirla de hueso.
Justo en el paraje, donde los arqueólogos llegaron a abrir una zanja de unos dos metros y medio de profundidad, ya tapada, se intentó construir un campo de fútbol, que fue sin embargo paralizado cuando la hermana del poeta, Isabel García Lorca, pidió por fax al entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que impidiera que las obras continuaran porque eran, según dijo entonces, "una verdadera afrenta".
Los trabajos de investigación llevados a cabo por este equipo de investigadores, y cuyos resultados fueron entregados a la Dirección General de la Memoria Democrática, concluyeron, entre otras cuestiones, que se ha podido reconstruir sobre el paisaje actual, muy modificado, la distribución y referencias espaciales anteriores a la construcción en el paraje del campo de fútbol en 1997.
A partir del estudio geoarqueológico y paleogeográfico de la zona los investigadores limitaron una superficie de 10 metros por 28 metros como el lugar para la ubicación de tres pozos buscados que podrían haber sido utilizados como fosas comunes, una de ellas la de García Lorca, Galindo y los dos banderilleros, según las fuentes manejadas.
La prospección geofísica realizada por el experto Francisco García, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, en la zona delimitada con el empleo de dos potentes antenas de georradar, dio como resultado la localización de tres alteraciones del subsuelo en las cotas que el estudio arqueológico previo había determinado como correspondientes al suelo original del terreno anterior a la modificación de 1997. Este resultado concuerda con la presencia de tres pozos en ese lugar y viene a refrendar el estudio geoarqueológico.
Para tener la "certeza absoluta" sobre estos resultados, será necesario retirar los rellenos para la construcción del campo de fútbol que cubren el lugar y efectuar la delimitación de los pozos y comprobación de la presencia de huesos humanos, mediante procedimiento arqueológico, según señalaba hace unos meses Javier Navarro.