La Hermandad de Emigrantes, mirando al cielo hasta el último momento, valiente, ha decidido marchar por su ciudad contra viento y marea, para despedir a Huelva en su peregrinar hasta El Rocío para reencontrarse con la Blanca Paloma.
Aunque el tiempo dio algo de tregua a primera hora de la mañana, conforme se acercaba la media mañana, la lluvia, implacable, deslucía la salida de Emigrantes. Pese a todo, la Concha Peregrina no modificó su recorrido, aunque eso sí, aligeró el paso, adelantando su despedida en la Comandancia de Marina algo más de una hora. El cante de la Salve Marinera, bajo un manto de paraguas y capotes para guarecerse de la desafiante lluvia, ha dibujado el adiós de Huelva a Emigrantes. Por delante queda un camino duro, pero de vivencias irrepetibles, y de momento, por el itinerario tradicional.
Instituciones como la Diputación Provincial de Huelva, el Ayuntamiento, la Subdelegación del Gobierno y la Junta de Andalucía cumplieron con la tradición una ofrenda floral y despidieron este miércoles al Simpecado de Emigrantes.
El presidente de la Diputación onubense, Ignacio Caraballo, deseó un “feliz camino” a los rocieros, aunque reconoció que espera que las demás hermandades “tengan un Rocío más tranquilo respecto a las lluvias”. No obstante, precisó que “esto es lo que diferencia al Rocío de otras romerías. Hay que asumirlo como viene y este año tenemos mucha lluvia”.
A las puertas del Ayuntamiento, la ofrenda floral ha estado amenizada por el coro Voces del Conquero, por la Banda Sinfónica Municipal y por una lluvia de pétalos. Allí, el alcalde, Gabriel Cruz, agradeció a la hermandad su valentía a la hora de salir porque “han conseguido llenar de Rocío la ciudad, permitiendo a los ciudadanos vivir momentos llenos de significado en los que se pone de manifiesto que esta hermandad ocupa un lugar preferente en el corazón onubense”.
Al respecto, la presidenta de la hermandad, Belén Requena, remarcó que realizar este recorrido por la capital”ha sido una decisión acertada”.
A escasos metros, el Simpecado volvió a parar en la puerta de la Subdelegación del Gobierno, donde el subdelegado, Enrique Pérez Viguera, junto a su esposa, María Luisa Guerrero, les deseó el “mejor camino posible hacia la aldea almonteña” y le entregó un ramo de flores a la Concha Peregrina.
Por último, casi al final del recorrido por la capital, el delegado de la Junta en Huelva, Francisco José Romero, acompañado de otros delegados territoriales y personal de la Administración autonómica, despidió a la Hermandad de Emigrantes, deseándoles “el mejor de los caminos”.
Comitiva
La comitiva de Emigrantes está integrada este año por 1.500 personas, 150 caballos, siete carros tradicionales, 22 vehículos de tracción animal, 25 tractores con remolque adornados y 20 vehículos de apoyo.
Con la salida de Emigrantes, se ha activado el Plan Romero Municipal, que tiene el objetivo de velar por la seguridad de los peregrinos onubenses hasta su llegada a la aldea.
El dispositivo está integrado por un intendente mayor, un intendente, un inspector, dos subinspectores, cuatro oficiales y 70 agentes. El equipo de la Policía Local acompañó a la hermandad hasta la Punta del Sebo, aunque Protección Civil continuó con ellos durante toda la jornada y la pernocta en Tres Rayas, y el jueves hasta la llegada a la aldea de El Rocío.
Limpieza
Por su parte, desde la Concejalía de Urbanismo, Infraestructuras y Servicios Públicos se ha activado un plan especial de limpieza y desinfección de las calles por donde pasan los romeros, al objeto de que la ciudad recupere su estado normal tras el paso de las hermandades. Para ello, además del refuerzo generalizado en la ciudad para cubrir las necesidades que supone la gran afluencia de onubenses en las calles, el dispositivo extraordinario, con el que se cierra la comitiva está integrado por seis trabajadores en la salida de Emigrantes y 10 el día de Huelva, así como con el apoyo de una barredora de arrastre y la reserva de todas las cubas para baldear y desinfectar la ciudad, para la limpieza posterior.