De vuelta a Ítaca

La historia olvidada de Lilith, primera leyenda del feminismo

A diferencia de Eva, Lilith no había nacido de la costilla de su marido, pues Dios creó a la pareja a la vez, siendo ambos hechos a partir de una misma arcilla

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Como ya advirtió Umberto Eco refiriéndose a La Biblia, las historias que aparecen en los textos sagrados son de una acción desorbitada; con mucho sexo en todas sus variantes, asesinatos, guerras, desastres, y un largo etcétera de calamidades que podrían hacer las delicias de cualquier amante del cine más violento. Pero a pesar del atractivo evidente de estas leyendas, la mayoría de ellas siguen siendo desconocidas para casi todos, y aún en la catoliquísima España -de religión casi obligatoria en la escuela-, son realmente muy pocos los diestros en la materia.

Una de las anécdotas más desconocidas de la historia de las grandes religiones, es sin duda alguna la de Lilith, la de la primera mujer creada por Dios para poblar la tierra junto a Adán. De origen mesopotámico, esta figura legendaria aparece en las doctrinas judaicas del génesis, y existe un debate abierto sobre si también puede encontrarse su rastro en un pasaje de Isaías, aunque hoy, la inmensa mayoría de las personas jamás hayan oído hablar de ella, y atribuyan sin dudar a Eva, el papel de madre mitológica de la humanidad.

A diferencia de Eva, Lilith no había nacido de la costilla de su marido, pues Dios creó a la pareja a la vez, siendo ambos hechos a partir de una misma arcilla. Esta cuestión, no debió haber sido suficiente prueba de la igualdad de sexos para Adán, pues el hombre entendió desde el principio que Lilith había nacido para servirle a él, llegando a pretender incluso, imponer la manera en que ambos debían hacer el amor.

Lejos de resignarse a la anorgasmia y la servidumbre, Lilith se rebeló contra el destino que  Dios le había reservado junto a Adán, y decidió exiliarse a orillas del Mar Rojo, abandonando voluntariamente un paraíso, que para ella se había convertido en un infierno. Aquella decisión no fue desde luego entendida por ninguna tradición antigua. Estas no podían permitir que la osadía de Lilith quedase impune, y por eso tacharon a la mujer de perversa, ninfómana, demonio…, vamos, en realidad la acusaron de todo lo que podía acusársele en una cultura misógina y patriarcal, pues no podía tolerarse sin más que una mujer pudiera rebelarse.

Sin embargo, y a pesar de todo, lo cierto es que la leyenda de Lilith resulta tremendamente hermosa. Podría considerarse como un alegato en defensa de la dignidad, personificado en una mujer que fue capaz de rebelarse ante el mismísimo Dios, por no vivir arrodillada a los caprichos de un hombre. De haber existido, Lilith habría sido la primera feminista de la historia, y sólo por eso no puedo entender que su leyenda no haya sido recuperada como uno de los más antiguos cantos a la igualdad y la libertad que se hayan escrito jamás.

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