Los defensores del Brexit quieren un peliculero Día de la Independencia
Muy desesperados o muy radicalizados tienen que estar los que quieren que la Gran Bretaña abandone la Unión Europea – Brexit- cuando el nuevo adalid de esa causa, ni más ni menos que el saliente alcalde de Londres, Boris Johnson, dijo durante la última visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al Reino Unido que era un “medio keniano” por defender la permanecía de Gran Bretaña en la Unión Europea. La siguiente acusación –tras el insulto anterior- era que las declaraciones preeuropeas de Obama constituían una injerencia intolerable en un debate exclusivo para los británicos.
Para los que desean la salida de la Unión Europea, cuyo referéndum se celebra tres días antes de las próximas elecciones generales españolas del 26-J, el día 23 de junio es algo así como un peliculero Día de la Independencia, lo que es disminuir en grado sumo la historia de un gran país europeo, para resaltar que la soberanía sólo se recupera fuera de la Unión, una absoluta falacia en un mundo tan interdependiente. Una ensoñación.
Las acusaciones de injerencia las borró de un largo plumazo Obama recordando: “Las decenas de miles de estadounidenses que descansan en los cementerios de Europa son un testamento silencioso de hasta qué punto nuestra libertad y nuestra prosperidad están interconectadas”.
Otro tipo de injerencia –en este caso inversa- es la que protagonizó el último Premio Cervantes, Fernando del Paso, poniendo en aprietos al gobierno español, que le otorgaba el premio. Denunció que Méjico vive “el principio de un Estado totalitario que no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza”, siendo consciente de la vergüenza de declararlo en un país extranjero. Pero no recortó: “Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar, continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo”.
Otro tipo de injerencias las vemos en el parlamento español. Ha sido habitual la multitud de proposiciones, mociones y declaraciones, especialmente del PP, con Cuba y Venezuela. Justamente porque han sido colonias españolas hay que ser prudentes en no poner exclusivamente el foco en esos países cuando se corre un tupido velo sobre Arabia Saudita, Rusia, China y otros Estados en los que los intereses nos hacen tapar los principios.
