Mayo de devoción mariana

Publicado: 04/05/2016
La romería de El Rocío, hasta las marismas de Doñana, está considerada como la mayor peregrinación de España. Los patios de Córdoba, otro atractivo
 

Mayo es, por excelencia, el mes de las flores, cuando cada calle o cada plaza nos sorprende con el contraste del blanco de la cal y el brote de geranios, clavellinas, buganvillas o azucenas, pero también es el mes en el que la devoción se hace más patente, especialmente con un camino de peregrinación que culmina en Doñana el lunes de Pentecostés: El Rocío.

Considerada la mayor peregrinación de España, la romería del Rocío aúna religión con buena parte de la idiosincrasia que posee la cultura popular andaluza: cantes, bailes y la costumbre de compartir momentos únicos en grupo. Todo ello en un entorno de lo más hermoso, desde las propias marismas de Doñana hasta los senderos y caminos que cruzan parajes de una belleza inigualable.

La romería de El Rocío se celebra todos los años en torno al lunes de Pentecostés -este año el 16 de mayo- en la aldea que acoge a la Blanca Paloma, enclavada en las marismas de Doñana, un espacio de una belleza infinita, especialmente sus atardeceres, que es objeto de peregrinación durante todo el año, acogiendo la ermita actos religiosos de las hermandades de forma periódica.

Pero si algo caracteriza a El Rocío es el camino, la partida de las diferentes hermandades desde todos los rincones de Andalucía e incluso de España (muchas ciudades se unen a las hermandades filiales para realizar el camino) para llegar hasta la marisma onubense, senderos cargados de naturaleza pero también de sentimientos entrelazados: alegría, cantos y fiesta, frente a lágrimas, suspiros, silencio, promesa y expresión de sentidos.

El tamborilero, con su tambor y su flauta, va marcando los pasos de las hermandades por los diferentes caminos, y a él se unen los cohetes que señalan el sendero de caballos, carretas y peregrinos buscando a la Virgen del Rocío: es una auténtica manifestación de alegría y color, un cortejo que abre el Simpecado tirado por bueyes generalmente, al que  siguen a pie los más devotos, los caballistas y las carretas, decoradas con motivos rocieros y siempre preparadas para esas paradas en las que se reza, se canta, se baila, se come y se convive en medio de la naturaleza.

Hacer el camino es para el rociero una forma de vivir el acercamiento, paso a paso, a pie, en carretas, a caballo, en todo tipo de vehículos, hacia la Virgen del Rocío, pero deja estampas hermosas que no debe perderse, especialmente el paso de las hermandades en barcaza desde Bajo Guía, en Sanlúcar de Barrameda, hasta la marisma de Doñana; y el Vado del Quema, en el camino de Sevilla, donde las gran mayoría de hermandades cruzan y bautizan a sus nuevos peregrinos, momentos de profunda devoción y emoción, de color y olor. Otros lugares significativos son Gelo, Marlo, el saludo en Villamanrique de la Condesa, la Raya Real, la parada de Palacio y el Ajolí.

Nada sería de este peregrinar si no fuera por la Virgen del Rocío, a la que todas las hermandades saludan a su llegada. En su ermita, enclavada en la marisma de Doñana, espera una aldea en la que se concentran más de un millón de peregrinos esperando que la madrugada del domingo al lunes los almonteños “salten la reja” y saquen en procesión a la Blanca Paloma, en un recorrido en el que saludará a sus peregrinos y hermandades entre el fervor de los rocieros hasta bien entrada la mañana, cuando ya los sentimientos se unen entre la alegría de haberla visto y la tristeza por la partida, que las hermandades inician el mismo lunes de Pentecostés, cuando ya se piensa en el próximo año.

Los patios de Córdoba

Pero si hay una tradición que se ha ido consolidando cada vez con más atractivo esa es la de los patios de Córdoba, abiertos a los visitantes para ofrecerles su color, su olor y su luz, con 47 patios a concurso en seis rutas y 16 fuera de él, además de los 25 inscritos en el concurso de rejas y balcones. Los Patios de Córdoba es una tradición única en el mundo, basada en las características de la forma de vida cordobesa, en casas con patios y balcones ajardinados, en los que el elemento decorativo son las flores.

Recorrer los patios durante el día, y disfrutarlos a la caída de la tarde, entre el olor al jazmín y al azahar de los naranjos, la música flamenca y la conversación de los amigos es una experiencia única. Los barrios de la Axerquía, San Agustín y San Basilio cuentan con patios afamados.

Tras declarar la Unesco los Patios como Patrimonio de la Humanidad, la fiesta se ha convertido en un ir y venir de visitantes por las callejuelas de la ciudad. Este año se han inscrito en el concurso 51 patios, de los que se han admitido 47 (25 de arquitectura antigua y 22 de arquitectura moderna) a los que hay que añadir los 16 patios admitidos fuera de concurso, tres más que el pasado año.

Para la visita de estos recintos se han establecido seis rutas: Regina-Realejo, Santiago-San Pedro, Santa Marina-San Agustín, Judería-San Francisco, San Lorenzo y Alcázar Viejo.

Además, Niña Pastori, Antonio Reyes, Lola López, el Falla en Córdoba, El Pele, Pedro el Granaíno o Mago de Oz, serán algunas de las actuaciones en el marco del Festival de los Patios de Córdoba,  hasta el 15 de mayo.

De la Ronda Romántica a la música y danza en Úbeda

La primavera es una de las épocas del año en la que la oferta turística más se diversifica en Andalucía y cualquier rincón de la región, al margen de las fiestas y tradiciones populares, prepara atractivos eventos más que interesantes para los turistas. Entre ellos está la edición de este año de Ronda Romántica, que se celebra el fin de semana del 19 al 22 de mayo, y el Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda, que se extenderá hasta el 17 de junio.

La hermosa localidad malagueña de Ronda ha ideado un sinfín de eventos en torno a la tradición bandolera de la zona y entre ellos destaca Ronda Romántica, en la que la ciudad se vuelca en recrear un modo de ser, fundamentado en la historia de la feria de la localidad y la descripción que de ella hicieron los viajeros del siglo XIX, con la finalidad de darle el realce que esta tradicional fiesta siempre tuvo: emblemática de los románticos, arrieros y santuario del bandolerismo andaluz.

En esta incomparable fiesta podremos admirar el ganado, exhibiciones de caballos, degustar los productos de la tierra (vinos, embutidos, quesos, etc), comprar en el mercado de época agroalimentaria y artesano, disfrutar con los pasacalles, las pasarelas de moda y un sinfín de actividades más que nos trasladarán a otros tiempos.

Otra de las citas que no hay que perderse nos lleva a la localidad jienense de Úbeda, a su Festival Internacional de Música y Danza, que ha pasado por varias etapas hasta convertirse en el gran evento que es actualmente.

Los comienzos del festival, en el año 1989, de carácter más bien localista, dieron paso a la participación de famosos grupos de cámara y orquestas de gran formato (la Sinfónica de Málaga, la Real Orquesta de Sevilla), así como se incorporó a la programación el ballet clásico (Nacional de Cuba, Ópera de Kiev).

En las siguientes ediciones se programaron estrellas del belcanto, donde brillan con luz propia Teresa Berganza, Montserrat Caballé, Ainoha Arteta, Renata Scotto, Alfredo Kraus o José Carreras.
El Festival se abrió a nuevas músicas (jazz, folk, flamenco) y, en 1999, entra en una etapa de refinamiento, atrayendo a grandes grupos, orquestas y solistas: Orquesta Nacional de España, Ensemble Orchestra de París, Filarmónica de Timisoara, etc.

Actualmente, el Festival de Úbeda, fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento y la Asociación Cultural Amigos de la Música de Úbeda, ofrece un extenso programa de conciertos que sume a esta ciudad en un maravilloso ensueño musical.

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