La Catedral lució sus mejores galas, adornada con flores blancas y amarillas, colores vaticanos, y los hermanos de la Viga acertaron colocando a la Virgen del Socorro el fajín que en su día donara Rafael Bellido, primer obispo.
Llegado el instante de la lectura del decreto del nombramiento firmado y sellado por el papa Benedicto XVI, monseñor Mazuelos se mostró emocionado ante la importancia del momento que iba a vivir. Ya con el obispo que iba a ser ordenado postrado en el suelo, comenzó el rito de ordenación episcopal que concluiría con el repicar de campanas acompañado de la imposición del solideo, el anillo, la mitra y el báculo, pasos previos a que monseñor Mazuelos ocupara por primera vez la cátedra.
Tras la felicitación de los diferentes obispos, una representación de la Diócesis saludó por primera vez al nuevo obispo.
Monseñor Mazuelos es curiosamente un sacerdote de vocación tardía ya que entró en el seminario hace 25 años, cuando ya contaba con 24 de edad, nació en Osuna en 1960 y llega a un cargo importante de la iglesia a pesar de su juventud, gracias a una consolidada preparación.
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