Salah Abdeslam llegó a ponerse un cinturón de explosivos con el que debía hacerse saltar igual que los otros terroristas suicidas de París el 13 de noviembre pasado, pero "voluntariamente" se echó para atrás y ahora lamenta su implicación en los hechos, según su hermano Mohamed.
En declaraciones a la radio "France Info" y a la televisión "BFM TV" tras haber visitado ayer a Salah en la cárcel de Brujas, Mohamed Abdeslam insistió en que su hermano asegura que no tiene nada qué ver con la organización de los ataques yihadistas de Bruselas del 22 de marzo.
Afirma que se enteró de esos atentados "porque tiene la tele en su celda" de la prisión, donde espera su entrega a Francia en los próximos días, después de que él mismo hubiera levantado la resistencias iniciales a su traslado, que en todo caso sólo podrían haber retrasado la ejecución de la euroorden francesa.
De su participación en la masacre de París -hubo 130 muertos y varios cientos de heridos-, señaló a su hermano: "Si hubiera querido, habría habido más víctimas. Afortunadamente, no lo hice".
Además, niega haber tenido el papel de responsable que le han atribuido los investigadores franceses a la vista de las múltiples trazas que dejó en la preparación logística de las acciones de los terroristas.
Por eso, sostiene que ahora "quiere colaborar" con la justicia francesa porque tiene que "rendir cuentas en Francia, pero no en Bélgica".
De confirmarse, esta estrategia de defensa de Salah Abdeslam choca con diversos elementos que han puesto en evidencia los vínculos entre las células que cometieron los ataques de París y los de Bruselas.