Las cifras de ocupación hotelera en Semana Santa, sin ser totalmente satisfactorias, parece que han dejado al sector, al menos, satisfecho, porque así se deduce del calificativo de dignas otorgadas a las mismas desde la máxima representación del sector. La capital ha funcionado, y la Sierra, pero sin embargo, la Costa se ha resentido, ya que donde el golf y la ocupación propiciada por viajes del Imserso no han cubierto lo suficiente, el turismo de sol y playa ha ‘vendido’ solo un 60 por ciento. Y eso, pese a que el tramo importante de estas fechas festivas, el que va desde el Jueves Santo al Domingo de Resurrección, ha contado con una climatología propicia. Es evidente que ya se acerca el buen tiempo, y que los hoteles deben prepararse para el verano, cuando sin duda, todo estará a punto para aprovechar y exprimir la verdadera temporada alta costera, pero deja sensaciones contradictorias en las intenciones manifestadas (que son por otra parte una necesidad insoslayable) de combatir y vencer al envite de la estacionalidad, el gran mal del turismo en nuestra tierra. Para el verano además estarán disponibles todas las plazas hoteleras con que cuenta Huelva, ya que en Semana Santa el 50 % de los hoteles de la costa onubense aún permanecen cerrados, lo que supone que sólo se han ofertado 12.000 de las alrededor de 24.000 plazas existentes. Pero, lo dicho, el verano es otra cosa, ya que, como dicen desde el sector hotelero, a estas alturas las reservas son ya superiores que las del año pasado en las mismas fechas.
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