Todas las cábalas que el PSOE había elucubrado en torno a la inminente renovación de su cúpula y las peligrosas interferencias con el tramo final de las negociaciones que mantiene vivas Pedro Sánchez para formar Gobierno comenzaron a desactivarse este lunes. Ferraz dio a primera hora de la mañana, vía telefónica, el paso que ya se intuía desde que hace días intensificó el bombardeo de mensajes sobre la inconveniencia de que los intentos por alcanzar La Moncloa se solaparan en el calendario con el 39 Congreso del partido, fijado entre el 20 y el 22 de mayo pero con la obligada presentación de precandidaturas a a la Secretaría General antes del 11 de abril, a la vuelta ya de la esquina. El partido, se insiste, no está para librar dos batallas paralelas, una interna en Ferraz y otra en pro de la complicidad de Podemos en el Congreso.
Dicho y hecho, salvo sorpresa mayúscula el cónclave socialista que debía ratificar al líder de los socialistas surgido de las primarias del 8 de mayo ya no será en la fecha acordada en enero. Comenzó a comunicarlo bien temprano el secretario de Organización, César Luena. Su homólogo andaluz y número dos del PSOE-A, Juan Cornejo, confirmaba al mediodía que había recibido la llamada con la consigna desde Madrid: “la mayoría” de las federaciones comparte la conveniencia del aplazamiento y así le fue transmitido a la sede andaluza de San Vicente, la más determinante de toda España y con la que Ferraz mantiene una agria batalla desde que Sánchez tomó el relevo de Rubalcaba. La fecha clave ahora es el sábado, cuando un Comité Federal de urgencia decidirá sobre un retraso que aparece ya como irrevocable.
La reacción del PSOE andaluz fue la del mutismo absoluto. En una calculada estrategia para que los focos no recaigan de nuevo sobre ella, la federación más numerosa del país se ha conjurado para no destapar sus cartas antes del 2 de abril. Será entonces, en Madrid, cuando exponga sus argumentos en contra o a favor del aplazamiento, pero nunca antes. “Vamos a esperar a escuchar las explicaciones de la dirección federal y las del resto de federaciones y compañeros, todas las razones, antes de posicionarnos”, repitió sin cesar Cornejo ante la prensa antes de subrayar que su dirección no será nunca “un obstáculo”. Fiel a la calculada ambigüedad en la que se ha sumergido desde hace meses la relación entre la dirección nacional y la regional, eso no es un sí al retraso, ni un no, sino una especie de “ya hablaremos el sábado...”.
Incógnitas
El PSOE andaluz tiene clara su senda: esta vez no acepta calzarse de nuevo el traje de malo de la película, de federación discordante, y quiere escuchar motivos y argumentos ante de decantarse por una u otra opción. Tampoco se les escapa que fueron ellos quienes más presionaron para que el congreso fuese en mayo (se pretendía acelerar el relevo de un amortizado Sánchez) y girar ahora a favor del aplazamiento les haría quedar en evidencia. La pelota se lanza al tejado de Ferraz para que se decida por consenso.
Como telón de fondo, mil teorías y para todos los gustos: las hay que apuntan que Díaz filtró su salto a Madrid para hacer sonar las alarmas en Ferraz, forzar el retraso y ganar tiempo porque su gran apuesta, aunque decidida, alberga aún dudas. Otras sostienen que la jugada también le beneficia si Sánchez acaba estrellándose contra su incapacidad de formar Gobierno porque ella surgiría como reflotadora. Y la gran pregunta : si no es en mayo, ¿cuándo? La nueva fecha tendrá que regatear la gran incógnita: que haya o no elecciones el 26J.
Gestión versus “futuro personal”
El presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, aprovechó la reunión de la Interparlamentaria de su partido en Málaga para alertar de que Andalucía “no puede presentarse con estabilidad política y económica capaz de atraer inversiones y crear empleo cuando su máxima responsable se dedica todos los días a conspirar y trabajar sólo por su futuro personal”. Y todo ello, denunció, con la “complicidad” de Ciudadanos.
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