Todo comenzó cuando los padres denunciaron el pasado lunes que “el bloque de hormigón desprendido impactó en el suelo a tan sólo tres metros de la entrada del comedor, algo que conocimos a través de nuestros hijos. Aunque el hecho ocurrió en horario escolar, los alumnos se encontraban en las aulas, por lo que no hubo que lamentar ningún daño personal, encontrándose nuestros hijos los restos del desprendimiento al salir al recreo”.
Peligro inminente. Después de que esta noticia saliera a la luz, “los técnicos de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE)acudieron el pasado martes al centro para comprobar la situación del mismo, advirtiendo que las cornisas se podían caer en cualquier momento”. Asimismo, el delegado provincial de Educación, Manuel Brenes, también se ha puesto en contacto con el AMPA, a la que ha citado para el próximo miércoles, a las 13.00 horas. En principio, Junta y Ayuntamiento llevarán a cabo las obras de urgencia.
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